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Agotamiento laboral golpea fuerte en el segundo semestre: Causas y cómo enfrentarlo sin dañar la productividad

Expertos entregan recomendaciones para prevenir y transformar este periodo en una oportunidad de reconexión con el propósito.

14 de Julio de 2025 | 15:57 | Por Natalia Munar | Portal Pyme
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Según cifras del el portal de empleo Laborum, el 33% de los trabajadores del país declara sufrir burnout (síndrome del trabajador quemado) o agotamiento extremo durante los meses fríos del año. Las causas son múltiples y acumulativas, y su impacto se refleja en licencias médicas, disminución del rendimiento y desmotivación.

A mitad de año, el cansancio acumulado se vuelve evidente, ya que la energía decae, las metas del primer semestre pesan y la presión por cumplir objetivos anuales se intensifica. Según la psicóloga Virginia Rusu, de Saludtech.cl -startup de telemedicina-, los factores que inciden en este agotamiento son diversos. “Desde los cierres de semestre, la atención al público, la doble presencia (laboral y doméstica), hasta el clima invernal, la falta de apoyo y el escaso reconocimiento. Todo eso se combina generando una sensación de sobrepaso”, comenta Rusu.

Las señales de este malestar se pueden notar en la disminución de la motivación, fatiga persistente, irritabilidad, mayor ausentismo, aislamiento social, problemas físicos y trastornos del sueño.

“Muchos trabajadores se sienten divididos, con jornadas extensas que no permiten conciliar responsabilidades personales y profesionales”.

Virginia Rusu, psicóloga de Saludtech.cl

Un cansancio que no es solo físico


“Uno de los factores más relevantes es la sobrecarga sostenida de trabajo, sin pausas reales desde el inicio del año, lo que lleva a un desgaste físico y mental progresivo”, explica Carolina Varela, directora de Servicio y Calidad de Adecco Chile -empresa de gestión de talento humano-. A esto se suma la presión por cumplir metas exigentes que no siempre se ajustan a la realidad operativa.

“La falta de reconocimiento, tanto en lo emocional como en lo profesional, también influye fuertemente”.

Carolina Varela, directora de Servicio y Calidad de Adecco Chile
Francisca Melo, jefa de Marketing y Comunicaciones en el Grupo de Empresas Teamwork -compañía de gestión de personas-, dice que “se produce una especie de efecto acumulativo de la carga laboral del primer semestre”, donde el cansancio emocional y la falta de pausas generan un desgaste silencioso. Advierte que esta presión se intensifica cuando las organizaciones no promueven culturas de autocuidado o liderazgos enfocados en las personas.

Claves para evitar el colapso


Frente a este panorama, ajustar las metas del segundo semestre no solo es recomendable, sino necesario. Lejos de implicar una baja de exigencia, los expertos coinciden en que se trata de actuar con inteligencia organizacional.

“Transformar la meta en una conversación con el equipo mejora el compromiso y permite aterrizar lo que realmente es alcanzable”, afirma Melo. También destaca la importancia de incorporar micropausas, fomentar el feedback positivo y reconocer logros, “aunque sean pequeños. El bienestar no está peleado con la productividad; de hecho, es su mejor aliada”.

Desde Adecco, Varela propone dividir los objetivos en hitos más pequeños y manejables. “No se trata de hacer más, sino de enfocarse en lo que realmente aporta valor. Las metas deben ajustarse con base en datos y considerar el feedback de los equipos. Esto fortalece la confianza y evita frustraciones”.

Virginia Rusu, insiste en la necesidad de atender también los factores externos que afectan la salud mental. “El clima invernal, la menor exposición al sol, la doble presencia —laboral y familiar—, y la falta de reconocimiento son elementos que agudizan el agotamiento. Por eso, es fundamental que las empresas generen espacios de contención y apoyo”.

Julio y agosto: meses para escuchar, no solo exigir


¿Por qué estos meses concentran los mayores niveles de estrés? “Son una etapa crítica”, dice Varela. “Muchas veces las personas hacen un balance de lo que se ha logrado y sienten frustración si los resultados no son los esperados”. El frío, la falta de luz solar y la sobrecarga financiera o familiar también inciden.

Pero también es el momento ideal para hacer un alto, comenta que “este no tiene que ser un mes de frustración. Puede ser un mes de reencuentro con lo importante”, afirma Melo. Y añade que “pequeños ajustes, como mover reuniones innecesarias, abrir espacios de conversación o dar visibilidad a los logros del equipo, tienen un impacto inmediato”.

El desafío para las áreas de capital humano y los líderes organizacionales está en pasar de una gestión reactiva a una preventiva. Melo concluyó señalando que “el bienestar no está peleado con la productividad; de hecho, es su mejor aliada. Cuando las personas se sienten bien, los resultados llegan de forma mucho más natural y sostenida”.
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