"Es difícil ser indiferente ante el caso de Los Tatas del Pan", señaló la alcaldesa de Vitacura, Camila Merino, aludiendo a un caso que pone de manifiesto un problema que enfrentan diversos emprendedores que intentan hacer negocios en Chile: la burocracia municipal.
Se trata de un emprendimiento impulsado por cuatro adultos mayores en diciembre de 2021, quienes lanzaron una panadería colindante con la calle Tabancura y que recientemente tomaron la decisión de cerrar, producto de una "pesadilla de permisos" que -aseguran de la Multigremial Nacional- los hizo vivir la Municipalidad de Vitacura.
Según ha denunciado en redes sociales Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial Nacional y quien promueve una movilización que se llevará a cabo mañana para "visibilizar el abuso estatal", a la mencionada panadería, pese a realizar numerosos trámites, nunca se la dio la Patente Final para poder operar y calificó de
"ridículas y arbitrarias" algunas de las peticiones que realizó la Dirección de Obras Municipales (DOM).
Esto, subrayó Swett, "mató los sueños" de "Los Tatas del Pan".
Varios han reaccionado a esta historia. "Imagino las miles de otras empresas a lo largo del país que sufren con esta permisología absurda, que se ha convertido en un cáncer que nos está matando y que si nuestra clase política no toma cartas de forma seria en este asunto, enviará a nuestro país a la segunda división", escribió Alejandro Cifuentes en una carta a El Mercurio.
En el mismo medio, Carlos Feddersen señaló que este caso pone de manifiesto "lo absurdo y contradictorio de nuestra legislación: por una parte, se incentiva la creación de la ‘Empresa en un día’", y una vez creada, Dios me ayude a conseguir los permisos para poder funcionar. Algo no cuadra”"
Y por la misma vía, la alcaldesa de Vitacura respondió. "La permisología afecta a inversionistas, emprendedores y también a quienes administramos el mismo Estado", sostuvo Merino. Contexto bajo el cual, subrayó en su carta, "es difícil ser indiferentes ante el caso de Los Tatas del Pan: un negocio en Vitacura que anunció su cierre, frustrado por trabas que habría enfrentado en la Dirección de Obras Municipales (DOM)".
El caso ha puesto al municipio en una encrucijada, pues compartimos la preocupación por la excesiva burocracia, a la vez que nos caracteriza el actuar ajustado a la norma", indicó la jefa comunal. "Por eso lamentamos que algunos eligieran el actuar de la DOM como símbolo del problema de permisología", añadió.
En ese sentido, Merino manifestó que "nos obligaron a contradecirlos con argumentos técnicos y legales, desviando así el foco de lo esencial: identificar los verdaderos nudos para combatir la burocracia de forma estructural".
"Los Tatas del Pan operan con patente provisoria y pueden seguir haciéndolo. Para obtener la definitiva deben presentar las certificaciones de los servicios y demoler algunas obras menores irregulares. El local que ocupan era una peluquería antes de ser amasandería. Este cambio de actividad los obligó a tener que pedir un permiso a la DOM y cumplir con las normas vigentes, incluidas las de accesibilidad universal y de servicios", explicó.
Así, la alcaldesa finalizó su escrito manifestando que "podemos discutir si la regulación es adecuada para los emprendedores, pero miles la cumplen a diario. Como municipio, estamos disponibles para proponer mejoras, pero los cambios dependen del Minvu y el Congreso. Lo que sí podemos hacer -y reforzaremos- es asesorar a los emprendedores para que sepan cumplir con la permisología, especialmente antes de arrendar o comprar un local".
Los "permisos" exigidos
Por otra parte, según indicó Swett -de la Multigramial Nacional- en una publicación en Linkedin, estos fueron algunos de "los permisos" exigidos por la DOM a "Los Tatas del Pan":
"Certificado de instalaciones sanitarias, agua potable por un nuevo lavaplatos. Era el mismo lavaplatos de hace 30 años donde solo cambiaron la carcasa; certificado de mitigación vial por dos estacionamientos que la casa tenía hace 30 años. Ni que fuera un mall; certificado de la SEC por un cerco eléctrico. El cerco era del vecino; plano de elevación sur de la casa. La casa es pareada y no tiene cara sur", relató el líder gremial.
"Los empapelaron en observaciones y finalmente los multaron por no conseguir la patente en 2023 que la misma municipalidad les había quitado (la pagaron)", agregó. Finalmente, les hicieron sacar un permiso de obra menor (su pesadilla) que no era necesario porque no aumentaban metraje, no habían cambios estructurales, ni había cambio de uso de suelo cuando habilitaron en local. Pero a la semana siguiente les dijeron que todos los permisos de salud, gases, etc, (1 año de trámites) no servían porque eran con fecha anterior a la fecha de inicio de obra de menor (...). Los volvieron a observar por no llevar libro de obras, ni tener un constructor certificado".
"Este es un breve resumen de lo que viven a diario miles de emprendedores que quieren hacer crecer este país", finalizó Swett.
