Las pequeñas y medianas empresas se caracterizan por su esencia emprendedora con la que muchas veces comienzan su vida laboral. Sin embargo, a medida que el negocio crece, se suman nuevos equipos, procesos y estructuras, la organización puede alejarse del espíritu inicial con el que fue concebida.
En ese contexto, especialistas y fundadores de emprendimientos coinciden en que mantener el alma emprendedora es relevante para seguir innovando, fortalecer la cultura interna e incluso mantener la conexión con los clientes.
Para Christian Montesdeoca, socio fundador y CEO de Kuvasz Solutions, conservar la actitud emprendedora es crucial para no perder el dinamismo ni la creatividad.
“Mantener el alma emprendedora es fundamental para no perder el dinamismo, la creatividad y la capacidad de adaptarse rápidamente al cambio. En Kuvasz, comenzamos como una empresa muy enfocada en resolver problemas complejos del mundo de los pagos, escuchando a nuestros clientes y entendiendo profundamente sus dolores. Ese espíritu de resolver, de no conformarnos, es lo que nos permitió pasar de ser una consultora a convertirnos en una empresa con productos propios, usados por bancos, fintechs y redes en toda América Latina”, comenta.
Para Montesdeoca, la ventaja de mantener esa actitud es que, “aunque crezcamos, seguimos siendo rápidos, atentos y flexibles. Eso es lo que más valoran nuestros clientes: no dejamos de actuar como si recién estuviéramos empezando”.
En la misma línea, Mario Novoa, fundador de EVoting e Identyz, agrega que “mantener el alma emprendedora a medida que creces es clave para mantener la cultura en el equipo, la cercanía con los clientes y la velocidad en el desarrollo de productos”.
¿Cómo mantener la identidad y cultura de la empresa al escalar el negocio?
El crecimiento de un negocio puede implicar más procesos, más equipos y estructuras formales. Por eso, preservar la cultura organizacional se vuelve un desafío importante para mantener la esencia inicial.
“Partir por poner foco en el reclutamiento y onboarding de nuevos trabajadores es clave, son de los procesos más importantes. En Evoting lo llevamos a la práctica del mismo modo en que desarrollamos y operamos procesos de votación electrónica: con estándares altos de seguridad, transparencia y trazabilidad. Así como acompañamos a instituciones, universidades, colegios profesionales y empresas a organizar elecciones confiables en formato digital, también buscamos que quienes se suman al equipo comprendan y vivan esos mismos valores desde el primer día. Las decisiones que tomamos, tanto hacia afuera como hacia adentro, deben reflejar nuestra cultura. Por eso ser claros con lo que valoramos y mostrarlo con el ejemplo es fundamental”, comenta Novoa, fundador de Evoting.
Montesdeoca concuerda en la importancia del ejemplo y sostiene que “la cultura no se escribe, se vive. Para nosotros ha sido clave que el equipo fundador y los primeros colaboradores sigan cerca del día a día, transmitiendo los valores con el ejemplo. Escalar no significa perder cercanía ni verticalizar todo”. En Kuvasz, señala, han profesionalizado procesos sin caer en la burocracia. Así, “seguimos escuchando, aprendiendo y mejorando con cada cliente”, indica.
El liderazgo necesario para no perder la esencia
Cuando una pyme empieza a escalar, el liderazgo también pasa a jugar un rol fundamental. Para Montesdeoca, lo esencial es “un liderazgo que inspire sin microgestionar”.
En ese escenario, continúa, el líder debe saber cuándo delegar y cómo generar confianza. “Impulsamos un liderazgo horizontal, donde todos entienden el propósito de la compañía y se alinean con ese norte. El líder debe ser coherente, generar espacio para la innovación y asumir que el talento que uno contrata puede —y debe— saber más que uno en ciertas áreas”, afirma.
Novoa, en tanto, añade que es fundamental sumar un liderazgo “que sea cercano y transparente, que permita transmitir la realidad del día a día de una pyme a la vez que inspira con el sueño de lo que se está construyendo”.
