"Sorpresivo", es el adjetivo que predomina entre los analistas para calificar el anuncio que realizó ayer el Banco Central, al informar el inicio de un programa de acumulación de reservas internacionales por un monto de hasta US$18.500 millones en un plazo de tres años.
¿El objetivo? Cambiar la composición de las fuentes de liquidez internacional de la institución, aumentando los activos externos líquidos propios. La entidad presidida por Rosanna Costa resaltó que esto “no es una intervención cambiaria”, ya que no busca alterar las dinámicas del mercado de divisas.
"Esta medida es coherente con el régimen de metas de inflación y tipo de cambio flotante. No busca modificar las condiciones financieras ni afectar el comportamiento del mercado cambiario, sino fortalecer la gestión de reservas internacionales como parte de las funciones permanentes del Banco, en resguardo de la estabilidad financiera", señaló el rector en su comunicado.
Sin embargo, la medida no fue bien vista por algunos analistas, dado la presión alcista que este plan ejerce sobre un tipo de cambio que ya se encuentra cotizando en niveles altos y el cual, además, enfrenta diversas presiones, como la incertidumbre en torno a la política monetaria en Estados Unidos, la debilidad que está mostrando el precio del cobre, la coyuntura política sensible de cara a las elecciones en Chile y la reciente baja de tasa de interés en el país, que ha debilitado el peso frente al dólar.
De hecho, la divisa estadounidense en Chile reaccionó a la noticia con una fuerte alza este miércoles. Subió $9,7 y concluyó en $975,8.
El programa del Banco Central se activará este viernes y contempla la acumulación de reservas por hasta US$25 millones diarios con compras a través de una ventanilla dirigida a los participantes del mercado cambiario formal, y se ejecutará previo a la apertura del mercado y se liquidarán al tipo de cambio observado, informado al final de la jornada y que se publica al día hábil siguiente en el Diario Oficial. Al disponer de una ventanilla no habrá competencia a través del precio, ya que el valor del dólar observado es desconocido al momento de la postulación.
De todas formas, a juicio de Hermann González, socio de Valtin Consulting, "se podría haber esperado" un tiempo más para ejecutar este plan. "Hubiese tenido mucho más sentido hacerlo con un tipo de cambio más bajo", dijo al DF.
Al mismo medio, el gerente general de Gemines, Tomás Izquierdo, señaló que el inicio del programa "me parece inoportuno".
"Factores como la incertidumbre geopolítica externa y, en lo interno, el proceso electoral de noviembre, son elementos que pueden presionar adicionalmente al alza al tipo de cambio, lo que no solo lo pueden desalinear más respecto a los fundamentos, sino, muy importante, complicar la convergencia inflacionaria al objetivo de la autoridad", agregó.
En tanto, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, dijo a La Tercera que esto "era algo que debía ocurrir, se había suspendido este proceso de forma anticipada en 2023. El Banco Central no se sentía cómodo con el nivel de reservas que registraba. Esperaba, sin embargo, que eso fuera en 2026, con menores presiones sobre el tipo de cambio".
Mientras que a Felipe Alarcón, economista de Euroamerica, le llamó la atención que este plan se anunciara en momentos en que el Banco Central está bajando la tasa de interés. "Las intervenciones de compra suelen ser más efectivas cuando estás subiendo la tasa".
En tanto, Ricardo Bustamante, subgerente de estudios de Capitaria, matiza. "Si bien el impacto inmediato fue evidente, en el largo plazo el efecto debiera ser acotado, ya que las compras diarias de US$25 millones representan una fracción menor en un mercado que transa más de US$1.000 millones diariamente", dijo.
En todo caso, afirmó que el contexto general para el tipo de cambio es claramente alcista y "no se descarta que el dólar rompa la barrera de los $1.000 en el corto plazo si continúan alineándose los fundamentos alcistas".
Scotiabank también prevé un impacto acotado producto del plan del Banco Central, de no más de $10 sobre el tipo de cambio dada la modalidad, temporalidad y opcionalidad del proceso.
"Si bien el impacto inmediato fue evidente, en el largo plazo el efecto debiera ser acotado, ya que las compras diarias de US$25 millones representan una fracción menor en un mercado que transa más de US$1.000 millones diariamente".
Ricardo Bustamante
Una visión similar es la que tiene el economista jefe del Banco de Chile, Rodrigo Aravena, quien señaló a El Mercurio que la forma en que se ejecutará el programa es la adecuada. A su juicio, un programa de acumulación de reservas debe tener tres características, la primera de ellas, ser sorpresivo, y no había elementos que permitieran anticipar esta medida. Lo segundo, el tamaño de la intervención o monto material. Lo otro es la flexibilidad de la medida.
"Es un monto importante, pero en un plazo largo, lo que permite que los montos diarios sean pequeños y no tengan impacto distorsionador en el mercado cambiario", sostuvo. Considera que el actual nivel de reservas es bajo, tomando en cuenta que el país tiene fundamentos más debilitados, un riesgo más alto y niveles elevados de deuda pública.
Por último, Rodrigo Montero, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la U. Autónoma, sostuvo que "el momento para tomar este tipo de medidas siempre es discutible, sobre todo en un contexto en donde el dólar ejerce una presión sobre la la inflación, y el Banco Central lucha por hacer converger la inflación al 3%. Pero creo que es una medida prudente y que apunta en el sentido correcto en el fondo".
"Se busca fortalecer la posición de divisas del ente rector, aumentando las divisas propias y dejando de depender de líneas de crédito. Es una recomposición del stock de divisas, pero que no busca aumentar en el neto su cantidad. Con todo, veo un efecto acotado en el tipo de cambio, de no más de 1% en su valor. Por cierto, las condiciones financieras pueden cambiar y el escenario se puede revertir. Así es que el ente rector deberá estar atento frente a un cambio de circunstancias", cerró.