En un país en que las pymes representan más del 90% de las empresas, su importancia como empleadores pasa a jugar un rol fundamental en la economía nacional. En ese sentido, muchas de estas organizaciones pueden convertirse en la primera oportunidad laboral de jóvenes sin experiencia, convirtiéndose en verdaderas escuelas formativas.
Jazmin Polanco, gerenta de RR.HH. del Grupo de Empresas Teamwork, expertos en empleabilidad y gestión de personas, explica que la “flexibilidad, cercanía y capacidad de adaptación” de las pymes, “permiten abrir espacios para talentos jóvenes, aportando con oportunidades reales de aprendizaje y desarrollo de habilidades de todo tipo. Además, al representar más del 90% del tejido empresarial en Chile, las Pymes son clave para dinamizar el empleo juvenil en los distintos territorios”.
Claudio Castillo, gerente de Adecco Talent en la empresa de recursos humanos Adecco Chile, concuerda con esta visión al comentar que “las pequeñas y medianas empresas son un motor clave para la empleabilidad juvenil en Chile”.
“Hemos observado que muchas Pymes se convierten en la primera experiencia formal de trabajo para jóvenes, permitiéndoles adquirir habilidades transversales, entender la cultura organizacional y desarrollar autonomía en un entorno que suele ser más cercano y colaborativo”, complementa.
Ventajas y desafíos desde la óptica de la pyme y trabajador
Tal como indican los especialistas, el primer trabajo en una pequeña o mediana empresa ofrece múltiples oportunidades para el aprendizaje y la adaptación, pero también plantea desafíos que deben gestionarse.
Tanto para la pyme como para el joven trabajador, esta etapa puede convertirse en una experiencia laboral completa si se equilibran las expectativas y se establece una comunicación clara.
“Para los jóvenes, una de las grandes ventajas de comenzar en una pyme es la posibilidad de aprender en diversos frentes. Al tener estructuras menos jerárquicas, se involucran rápidamente en tareas con impacto real en el negocio, lo que acelera su curva de aprendizaje. También desarrollan habilidades blandas como la adaptabilidad, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo”, dice Castillo.
Para la empresa, en tanto, sumar trabajadores jóvenes “trae energía, nuevas ideas y una mirada fresca frente a los desafíos del negocio”.
“Sin embargo, los desafíos existen. Las pymes muchas veces no cuentan con áreas formales de Recursos Humanos ni con procesos estructurados de onboarding, lo que puede dificultar la adaptación del nuevo colaborador. Además, si no existe una buena comunicación o una definición clara de responsabilidades, pueden surgir frustraciones en ambos sentidos. Por eso, es clave que las expectativas estén bien alineadas desde el inicio”.
Cómo crear un entorno formativo para jóvenes sin experiencia
Para una pyme, crear un entorno formativo no necesariamente significa grandes inversiones, sino diseñar espacios donde el nuevo colaborador pueda aprender, equivocarse y crecer, dicen los expertos.
En ese contexto, la clave está en acompañar de forma cercana y estructurar procesos que faciliten la integración.
“Un buen entorno formativo comienza con una bienvenida clara por medio de procesos de onboarding bien diseñados, acompañamiento cercano, y la asignación de un mentor o referente interno. También es clave generar una cultura donde se valoren las preguntas, se permita el error como parte del aprendizaje, y se entregue feedback constante”, expone Jazmín Polanco.
Agrega que “la formación en habilidades blandas, como la comunicación, el trabajo en equipo y la autogestión, es igual de importante que la técnica en esta etapa”.
Recomendaciones para la empresa y el trabajador
Con todo, los especialistas en recursos humanos entregan recomendaciones para lograr una relación laboral exitosa entre trabajador y pyme.
Jazmín Polanco, gerenta de RR.HH. del Grupo de Empresas Teamwork, expertos en empleabilidad y gestión de personas:
A las empresas: tener una mirada de mediano plazo, no solo ver a los jóvenes una solución momentánea. Ser pacientes, formar y adaptar sus liderazgos a nuevas generaciones.
A los jóvenes: llegar con actitud de aprendizaje, preguntar, proponer y entender que el crecimiento profesional es un proceso que toma tiempo. El primer trabajo en una Pyme puede ser una gran escuela, siempre que haya disposición mutua al compromiso y al desarrollo.
Claudio Castillo, gerente de Adecco Talent en la empresa de recursos humanos Adecco Chile:
A las empresas les recomendamos ver la contratación de jóvenes como una oportunidad para renovar el talento, incorporar nuevas competencias y fortalecer su cultura. Para ello, deben comprometerse con un proceso formativo claro, con objetivos realistas y espacios de escucha.
Para los jóvenes, es clave asumir una actitud activa: preguntar, observar, aprender de otros y comprender que el primer trabajo es una etapa de crecimiento, donde el esfuerzo y la disposición pueden marcar la diferencia. Ambos, empresa y trabajador, deben comprender que están construyendo una relación de mutuo aprendizaje, y que la confianza, el respeto y la comunicación son pilares fundamentales para el éxito
