El Banco Central (BC) entregó el lunes un dato que superó las expectativas: el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció un 3,1% en el segundo trimestre, elevándose por sobre el 2,9% que se había calculado preliminarmente.
El instituto emisor especificó además que en el mismo periodo la inversión creció un 5,6% y el consumo total avanzó un 3%. Y que entre las actividades que destacaron estuvieron comercio, minería e industria manufacturera.
Datos en mano, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, recalcó que para este año el crecimiento efectivamente llegaría al 2,5%, como su cartera lo había previsto. Y que las cifras del BC muestran "que se ha ido consolidando un ritmo de crecimiento superior al que muchos habían estimado".
Los números que dio a conocer la institución centenaria dejaron, en general, satisfechos a los analistas, aunque pusieron el énfasis en aspectos particulares. Uno de ellos: el empleo.
Fue Andrés Pérez, economista jefe para Latinoamérica de Itaú, quien llamó la atención en El Mercurio sobre lo que ocurre con los puesto laborales. A su juicio, se observa "un contraste entre el dinamismo de la actividad económica y la debilidad del mercado del trabajo".
"Parece estarse consolidando el escenario de un 'jobless recovery'", explicó al medio citado. El término hace alusión a las recuperaciones económicas que no van acompañadas de mejoras en el empleo.
Es que en el último trimestre móvil -según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)- la tasa de desocupación nacional llegó al 8,9%, mientras en mujeres se elevó hasta el 9,9%. Además, en un año solo se crearon 141 empleos, por lo que la debilidad del mercado laboral se ha transformado en un importante foco de preocupación.
¿Es el escenario de una recuperación sin empleo el que se vive en nuestro país? Los expertos en el área tienen distintas miradas.
¿Jobless recovery?
Cecilia Cifuentes, economista y directora del Centro de Estudios Financieros del ESE, indica que puede dar la impresión de una recuperación sin empleo, pero que hay que introducir matices para comprender mejor lo que ocurre.
Según explica, los componentes que explican el crecimiento del primer semestre tiene un aspecto transitorio: la recuperación de exportaciones de cobre a EE.UU., posiblemente por el temor a los aranceles. Asimismo, señala que en el periodo influyó el turismo argentino, "que es bastante fluctuante en función de las paridades cambiarias".
Por otro lado, especifica además, "si bien hay una recuperación de la inversión, que es lo que realmente genera empleo, la recuperación de la inversión está explicada básicamente por maquinaria y equipo y ese es un componente que en general es importado. Y todavía no hay una recuperación importante de la inversión inmobiliaria, de construcción y obras".
Con ello en cuenta, sostiene que ello (construcción y obras) sigue aún con un crecimiento "modesto" y que "ese es el verdadero dinamizador del empleo".
"Yo hablaría de una recuperación sin empleo si estuviéramos viendo un repunte de ese componente de inversión y no se creará empleo", concluye.
"Yo hablaría de una recuperación sin empleo si estuviéramos viendo un repunte de ese componente (construcción y obras) de inversión y no se creará empleo"
Cecilia Cifuentes, economista y directora del Centro de Estudios Financieros del ESE
Juan Bravo, director del OCEC UDP, tiene una mirada distinta, que tampoco apunta a totalmente a un "tobless recovery". Según explica, hay un error en considerar que es la creación de empleo total la que está estrechamente asociada al crecimiento económico.
"El crecimiento económico -asegura- se asocia a la generación de empleo asalariado formal en el sector privado. Una mayor producción de bienes y servicios se asocia a mayores necesidades de contratación de este tipo de empleo. Sin embargo, no todos los tipos de empleo reaccionan de igual manera al crecimiento. Por ejemplo, el empleo por cuenta propia informal puede aumentar en épocas de debilidad económica y reducirse en periodos de elevado dinamismo".
Considerando esto, detalla que "aunque la creación anual de empleo neta al trimestre abril-junio 2025 fue de sólo 141, la creación anual de empleo asalariado formal en el sector privado fue de 146.983, lo que equivale a un crecimiento anual de 3,1%, lo que está bastante alineado con la capacidad de crecimiento de la economía chilena".
Y complementa: "El problema no está en que no se genera empleo asalariado formal en el sector privado, sino que el problema radica en que la generación de empleo formal que tenemos es muy insuficiente para que aquellas personas que desean abandonar la informalidad laboral puedan efectivamente insertarse en empleos formales, lo que está resultando en mayor desempleo".
"El empleo formal que se crea no está permitiendo absorber a todas las personas que se incorporan a la fuerza laboral y a las que están abandonando empleos informales porque desean ejercer un empleo formal. En definitiva, nuestro mercado laboral no está logrando reducir la tasa de ocupación informal sin que suba la tasa de desempleo porque la capacidad de generación de empleo asalariado formal en el sector privado es insuficiente", señala asimismo.
David Bravo, economista y director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la U. Católica, en cambio, señala que "efectivamente nos encontramos en una situación donde tuvimos una recuperación de la actividad económica después de la crisis de la pandemia, pero sin una recuperación en el empleo".
"Efectivamente nos encontramos en una situación donde tuvimos una recuperación de la actividad económica después de la crisis de la pandemia pero sin una recuperación en el empleo"
David Bravo, académico UC
Señala que en esto ve causas internas del país que han generando incertidumbre y dificultades para llegar a un horizonte adecuado de la inversión, como las incertezas asociadas "al proceso constitucional que tuvimos especialmente en 2022".
"El otro elemento interno relevante -dice- lo radico en la forma en que se ha soslayado el problema del empleo, que no ha sido una prioridad en estos años y que, más allá de aquello, ha actuado como si no tuviéramos un problema serio en el mercado laboral, introduciendo normas que incrementan de manera cierta los costos laborales como si estuviéramos en pleno empleo".
La economista de LyD, Ingrid Jones, por otra parte, ve que existen un conjunto de "variables que muestran lo debilitado que está el mercado laboral".
Y advierte que "se requiere crecer mucho más que el potencial de la economía para lograr crear nuevos puestos de trabajo que sean permanentes".
