Dar el salto de ser un negocio gestionado por su propio dueño a contratar al primer trabajador puede marcar un antes y un después para las pymes. Este hito no solo implica delegar parte de las tareas y responsabilidades, sino que también permite abrir nuevas posibilidades de crecimiento, mejorar la eficiencia de la empresa y generar las condiciones para enfrentar mayores desafíos en el mercado.
Sin embargo, sumar al primer trabajador no está exento de dudas y riesgos. Desde los trámites legales que se deben cumplir hasta la definición del perfil del colaborador adecuado, es importante saber por dónde comenzar y qué esperar.
Según los expertos, la planificación y el orden son relevantes para que este proceso se convierta en una oportunidad de crecimiento y no genere problemas.
Los aspectos legales a tener en cuenta
La contratación de un trabajador en Chile implica cumplir con una serie de normativas que muchas veces los emprendedores desconocen.
Daniela Araya, Talent Strategy de Mercer Chile, afirma que “al contratar al primer trabajador se deben tener en cuenta algunos aspectos primordiales, tales como: qué tipo de contratación realizar (si por tiempo indefinido, plazo fijo o por faena). También es importante asesorarse en aspectos legales, tales como entender el Código del Trabajo, formalizar el contrato de trabajo y registrar dicho contrato en la Inspección, si es que corresponde”.
Agrega que actualmente existen plataformas que facilitan este proceso. “Para estos temas hay algunas aplicaciones o páginas web que pueden servir de guía y enseñan paso a paso qué considerar, cómo pagar las cotizaciones e incluso permiten descargar modelos de contrato, así como revisar preguntas frecuentes que ayudan a despejar dudas (ejemplo: Previred)”, dice.
En la misma línea, Víctor Olivares, psicólogo laboral y académico de la Universidad Autónoma, enfatiza que antes de iniciar la relación laboral la pyme debe afiliarse a una mutual de seguridad o al Instituto de Seguridad Laboral (ISL), de acuerdo a la Ley 16.744. “Esto debe hacerse antes de que el nuevo trabajador empiece a trabajar, ya que la cobertura debe estar activa desde el primer día”, explica.
Asimismo, recuerda que es obligatorio registrar el contrato en la plataforma “Mi DT” de la Dirección del Trabajo: “Esto debe hacerse dentro de los 15 días siguientes al inicio de la relación laboral. Además, se debe firmar el contrato por escrito en el mismo plazo, o dentro de 5 días si el contrato es a plazo fijo por menos de 30 días”.
“Otro paso clave es afiliar al trabajador a la Administradora de Fondos de Cesantía (AFC), lo que generalmente se hace al declarar las cotizaciones en plataformas como Previred. Estas cotizaciones son obligatorias y deben pagarse mes a mes. Incluyen el aporte a la AFP (10% del sueldo más comisión), el pago a Fonasa o Isapre (7%), el seguro de cesantía (que se divide entre empleador y trabajador) y el seguro de accidentes del trabajo (que parte desde un 0,93%)”, añade Olivares.
De la misma forma complementa que también es importante que la empresa tenga un sistema para llevar el control de asistencia y el registro de sueldos. “Puede ser en papel o digital, pero debe estar disponible por si hay una fiscalización. Además, se deben respetar las normas laborales básicas, como el sueldo mínimo vigente, la jornada laboral (actualmente de 44 horas semanales, en proceso de reducción), y los derechos como los descansos, feriados y licencias. Otro detalle que a veces se pasa por alto es que, si aún no lo ha hecho, la empresa debe avisar al Servicio de Impuestos Internos (SII) que comenzará a tener trabajadores, ya que esto es parte del proceso de formalización como empleador. En algunos casos también será necesario manejar correctamente temas como anticipos o pagos con boletas de honorarios que puedan estar afectos a impuestos”, sostiene.
Definir el perfil adecuado: ¿Qué necesita realmente la pyme?
Uno de los desafíos más importantes es identificar qué tipo de ayuda necesita el negocio.
Araya recomienda hacer un ejercicio de autocrítica: “uno de los aspectos que me gusta considerar es, por ejemplo, las fortalezas y áreas de mejora del emprendedor. Es decir, si quiero hacer crecer mi negocio, pero lo comercial no es lo mío, entonces puedo buscar a alguien con ese perfil que me ayude en lo que me falta y así fortalecer aún más”, comenta.
Olivares coincide en que este análisis es clave y asegura que “es importante identificar qué tareas le están tomando mucho tiempo, cuáles le resultan complicadas o se están quedando sin hacer por falta de conocimiento. Preguntarse qué cosas puede delegar sin perder el control, y qué actividades están atrasándose, ayuda mucho a entender qué tipo de ayuda necesita”.
Además, subraya que la etapa del negocio y el presupuesto también deben considerarse. “No basta con pensar solo en el sueldo, sino también en todos los costos extras que implica tener un trabajador, como los seguros, las cotizaciones y otros beneficios”, declara.
En ese sentido resume su idea en que la clave es “definir el perfil del colaborador que necesitas no es solo llenar un puesto, sino encontrar a alguien que ayude a que tu negocio crezca, que comparta tus ideas y que se comprometa con el proyecto”.
Consejos para que la contratación sea un éxito
Planificación y formalidad son las recomendaciones más reiteradas por los expertos. En ese sentido, Araya enfatiza que “es clave planificar la contratación de antemano, comprender el para qué, las tareas y responsabilidades, y tener una buena idea de cuánto está pagando el mercado por un rol de características similares. Y, sobre todo, no descuidar los aspectos legales de la contratación para evitar futuros dolores de cabeza”.
Olivares complementa que “no basta con pensar en el sueldo que vas a pagar, también tienes que considerar todos los gastos extras que implica contratar a alguien: cotizaciones, seguros, vacaciones, licencias y posibles indemnizaciones. (…) También es súper importante que dediques tiempo a la inducción y a que el nuevo trabajador se sienta bienvenido. Si lo haces bien desde el principio, la persona se sentirá más comprometida y se integrará mejor”.
En definitiva, contratar al primer trabajador no solo significa aliviar la carga del emprendedor, sino que también implica comenzar a construir la cultura de la empresa. Hacerlo bien puede ser el inicio de un crecimiento sostenido para la pyme.