El punto de encuentro de las Pymes chilenas

EMOLTV

Jóvenes de la Generación Z abandonan las empresas por motivos que las obligan a replantearse: ¿Qué los hace renunciar?

Los jóvenes nacidos entre mediados de los 90 y principios de 2010 buscan diferentes desafíos en materia laboral y las compañías que buscan integrar su talento deben adaptarse a las nuevas necesidades.

02 de Septiembre de 2025 | 16:41 | Patricio Gutiérrez
imagen
Freepik
La incorporación de jóvenes al mundo laboral puede convertirse en todo un desafío para las pymes. Adaptarse a sus expectativas y necesidades no es una tarea fácil, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que generalmente mantienen estructuras más tradicionales.

En ese sentido, especialistas laborales explican cuáles son los principales errores que pueden cometer las empresas a la hora de retener a la Generación Z en el trabajo, y cómo evitarlos para lograr equipos más integrados, motivados y productivos, donde convivan de manera efectiva con profesionales de distintas generaciones.

Bárbara Kübler, Chief Human Resources Officer de Talana, afirma que el principal error pasa por “no adaptar la propuesta de valor a las expectativas actuales. Persistir en beneficios tradicionales sin considerar nuevas necesidades genera desconexión”.


“Otro problema frecuente es no entregar información clara sobre las oportunidades de crecimiento, algo clave para la Generación Z. Además, muchas organizaciones carecen de espacios efectivos de participación, lo que limita la motivación y reduce el sentido de pertenencia. Incorporar instancias de retroalimentación constante y liderazgo cercano marca una diferencia en la retención del talento”, complementa.

En el caso de startups o empresas jóvenes, la falta de claridad y estructura también puede jugar en contra. Así lo afirma Vicente Cruz, CEO de Sheriff, quien enumera una serie de equivocaciones que deben evitar las organizaciones para mantener al talento joven dentro de sus filas:

* Prometer algo que no podemos sostener: ofrecer flexibilidad o desarrollo, pero sin políticas claras, genera frustración.
* Subestimar el valor del propósito: creer que basta con pagar un sueldo, sin mostrar cómo el trabajo impacta en algo más grande.
* Falta de estructura mínima: en startups, el caos puede ser creativo, pero si no hay consistencia en procesos básicos (feedback, comunicación, reconocimiento, metodología), los jóvenes pierden confianza.
* No escuchar activamente: tener juicios sobre la manera de pensar de la Generación Z, en lugar de aprovechar con apertura sus ideas para mejorar prácticas internas.

Otro aspecto crítico es la flexibilidad y la autonomía. Pilar Lamana, socia directora de GOTOMARKET, destaca que “uno de los errores más comunes en las pequeñas empresas es mantener horarios rígidos y poca flexibilidad, lo que choca con la búsqueda de equilibrio de los jóvenes. En ese sentido, otro punto crítico es no darles espacio para decidir ni involucrarse en la estrategia, tratándose sólo como ejecutores. Hoy la Generación Z valora participar, aprender y aportar, por lo que la falta de confianza y autonomía suele ser un factor decisivo para que no permanezcan en la organización”.


Cómo integrar a la generación Z con el equipo


Más allá de atraer y retener talento, las empresas enfrentan el desafío de integrar a estas generaciones jóvenes con profesionales más experimentados dentro de equipos pequeños. Kübler asegura que “la clave está en integrar las fortalezas de cada perfil. Los profesionales jóvenes aportan visión digital, creatividad y rapidez de adaptación, mientras que los más experimentados contribuyen con conocimiento profundo, perspectiva estratégica y manejo de crisis. Fomentar la mentoría cruzada permite que ambos aprendan mutuamente y construyan soluciones más completas. Además, promover espacios de trabajo colaborativos y abrir canales de comunicación efectivos ayuda a que cada integrante comprenda el valor de su aporte dentro del equipo”.

Cruz complementa en que la cultura organizacional es fundamental. “En Sheriff el promedio de edad es de 29 años, un equipo joven, tenemos Millennials y Generación Z conviviendo en el mismo equipo, la clave es que nos mueve lo mismo, compartimos una misma cultura, un propósito, valoramos el aporte individual de cada uno, respetamos las diferencias y las abrazamos ya que la diversidad nos complementa. El equilibrio se logra cuando la cultura se construye sobre la colaboración y el aprendizaje mutuo”, explica.

Finalmente, Lamana subraya que el balance entre juventud y experiencia no solo enriquece la dinámica de los equipos, sino que también aporta a la innovación y sostenibilidad de las empresas.

“Lograr un equilibrio entre la incorporación de jóvenes y la experiencia de otros perfiles es clave para equipos pequeños. Esto permite aprovechar la energía, creatividad y mirada fresca de la Generación Z junto con el conocimiento y la trayectoria de perfiles más experimentados. Finalmente, esto genera un balance que enriquece la toma de decisiones y contribuye a construir compañías más innovadoras y sostenibles”, sentencia.