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Imperio Armani: El legado del legendario diseñador y multimillonario italiano

Giorgio Armani, quien falleció hoy a los 91 años, era el director creativo, CEO y único accionista de la compañía que fundó en 1975.

04 de Septiembre de 2025 | 11:26 | Por Tomás Molina J., Emol.
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AP
Giorgio Armani, el legendario diseñador y multimillonario italiano, falleció este jueves 4 de septiembre a los 91 años, dejando tras de sí un vasto y meticulosamente controlado imperio que ha definido el lujo y el estilo "Made in Italy" durante medio siglo.

Su deceso ocurre justo antes de las celebraciones del 50° aniversario de su marca, que tendrán lugar en la semana de la moda de Milán a finales de septiembre. Armani trabajó hasta sus últimos días, dedicándose a la empresa, a sus colecciones y a los numerosos proyectos.


Un imperio más allá de la moda

Aunque inicialmente fue una compañía de moda, Armani se expandió significativamente para convertirse en mucho más que eso. Su sello distintivo era el control, que mantenía férreamente como director creativo, CEO y único accionista de la compañía que fundó en 1975.

"Mi mayor debilidad es que lo tengo todo bajo control", afirmó Armani en una reciente entrevista al Financial Times. Este control quirúrgico, quizás influenciado por sus estudios de medicina, se manifestaba en la minuciosa limpieza de su estilo y en la vasta gama de su oferta.

El imperio Armani abarca: Alta costura, con vestidos hechos a mano para eventos como los Premios de la Academia bajo la línea Armani Privé; prendas de vestir desde trajes relajados de marca registrada (Giorgio) hasta opciones más accesibles como Emporio Armani, e incluso jeans y camisetas; belleza y fragancias, con uno de sus perfumes, Acqua di Gio, siendo una de las fragancias masculinas más populares del mundo; también incursionó en la venta de mobiliario para el hogar; abrió hoteles de marca Armani en Dubái (en el rascacielos más alto del mundo) y en Milán.

Asimismo incursionó en la gastronomía, con chocolates y restaurantes, además de una floristería a través de Armani/Fiori, que ofrecía arreglos florales abstractos estilo ikebana y también vendía los jarrones. Por último, sus populares accesorios como bolsos, relojes, gafas y zapatos.
En 2024, la empresa, Giorgio Armani SpA, con sede en Milán, obtuvo ingresos de 2.300 millones de euros (US$2.700 millones). El patrimonio neto personal de Armani rondaba los US$9.500 millones -según Bloomberg-, lo que lo convertía en una de las personas más ricas de Italia.

Hollywood y un "estilo magnífico"

Armani fue pionero en comprender el poder de vestir a las celebridades de Hollywood y la publicidad que esto generaba.

Esta relación cultivada con el cine le proporcionó una imagen global. A lo largo de cinco décadas, vistió más de 200 películas, comenzando con American Gigolo en 1980, donde el actor Richard Gere interpretó a un personaje vestido con elegantes trajes de Armani. Otros títulos notables incluyen Los intocables (1987), Uno de los Nuestros (1990), El lobo de Wall Street (2013), Ocean's 13 (2007) y Batman: El Caballero de la Noche (2008).

"Me enamoré de la belleza idealizada de las estrellas de Hollywood", confesó Armani en una entrevista de 2009 con Harper's Bazaar. Su estilo, que contribuyó a popularizar los trajes masculinos más holgados en lugar de la sastrería cuadrada y abotonada, fue reconocido con la portada de la revista Time en 1982, bajo el titular "El magnífico estilo de Giorgio".

Celebridades como Julia Roberts, Nicole Kidman y Beyoncé Knowles han lucido sus diseños en la alfombra roja de los Premios de la Academia. Armani creía que su ropa podía dar a las personas una mejor imagen de sí mismas, aumentando su confianza y felicidad.

Sucesión y legado

Nacido en Piacenza el 11 de julio de 1934, Armani estudió medicina brevemente antes de trabajar como comprador en los grandes almacenes La Rinascente y luego como diseñador para Nino Cerruti. En 1975, fundó su propia empresa con un capital inicial de solo US$10.000, junto a su socio Sergio Galeotti (quien falleció en 1985).

Su madre, Maria Raimondi, fue la principal razón por la que desarrolló su interés por la moda.

Armani lamentó en vida haber pasado "tantas horas trabajando y tan poco tiempo con amigos y familiares", confesando que se había perdido la diversión por sus compromisos laborales. Sin embargo, no se permitía dudas sobre las decisiones que había tomado.

Con respecto al futuro de su imperio, Armani planificó una "transición gradual de las responsabilidades" a sus seres más cercanos, incluyendo a Leo Dell'Orco, director de diseño masculino del grupo, a miembros de su familia y a todo el equipo de trabajo. "Quiero que la sucesión sea orgánica y no un momento de ruptura", afirmó en una entrevista al Financial Times. Aunque no tenía hijos, varios familiares forman parte del consejo de administración de la empresa.

En 2016, a los 82 años, Armani creó una fundación en su nombre para "salvaguardar la gobernanza de los activos del Grupo Armani", un claro indicio de cómo deseaba que se gestionara la empresa tras su fallecimiento. Si bien valoraba la independencia de su firma, no descartaba que algún día pudiera fusionarse con un rival más grande o cotizar en bolsa.

Analistas como Luca Solca confían en la pervivencia de la marca. "Creo que la marca Armani es más grande que su creador y es probable que siga siendo un referente en el sector de la moda y el lujo" afirma Solca, comparándola con otras marcas que han sobrevivido a sus fundadores, como Chanel y Dior.

El legado de Giorgio Armani, el hombre que luchó durante décadas por mantener la independencia de su empresa frente a las fusiones y adquisiciones que transformaron el sector del lujo, parece destinado a perdurar.