En un entorno laboral cada vez más competitivo gracias a la tecnología y herramientas digitales, la propiedad intelectual se ha convertido en un activo estratégico para las pequeñas y medianas empresas (pymes). Sin embargo, muchos emprendedores aún desconocen la importancia de proteger sus marcas, productos o creaciones, lo que puede poner en riesgo su negocio desde el inicio.
Considerando esta realidad, es que expertos explican la importancia de no descuidar este ítem dentro de las organizaciones y aseguran que la propiedad intelectual no es un tema exclusivo de grandes corporaciones, sino que está al alcance de todo tipo de emprendimientos.
“Al comenzar un emprendimiento, es fundamental que las pymes sepan que su marca, su logo, sus productos originales, sus contenidos digitales e incluso su saber hacer (conocido como know-how) son activos que pueden —y deben— protegerse legalmente. Estos activos forman parte de lo que se llama propiedad intelectual, un conjunto de derechos que permiten reconocer la autoría de creaciones y evitar que otros se apropien de ellas sin permiso”, dice Glorimar León, abogada e investigadora de la Dirección de Innovación y Transferencia de la U. Autónoma.
La experta detalla que existen distintas figuras de protección y que el emprendedor debe inclinarse por la que más necesita:
*Marca registrada: protege el nombre comercial, logo o eslogan de un negocio.
*Patente: protege invenciones o tecnologías nuevas.
*Derechos de autor: protegen obras como libros, música, software, entre otros.
*Diseños industriales: protegen la apariencia visual de un producto.
“Comprender qué tipo de protección aplica a cada creación o elemento del negocio es clave para comenzar bien”, afirma.
Alejandro Lavín, gerente de Negocios de Zeleri -Desarrollador de soluciones de pago- comenta en tanto que “sabemos que proteger lo intangible es tan importante como cuidar lo tangible. La propiedad intelectual no es un lujo corporativo: es una herramienta estratégica para cualquier pyme que quiera crecer con solidez”.
Los riesgos de no proteger lo intangible
No proteger los activos intangibles implica riesgos concretos. Según afirma Lavín, estos van “desde perder el derecho a usar tu propio nombre comercial, hasta ver cómo terceros copian tu propuesta sin consecuencias legales. También puede dificultar alianzas, financiamiento o expansión, ya que muchos inversionistas y socios evalúan si la propiedad intelectual está en regla antes de avanzar”.
Glorimar León complementa otros problemas que puede surgir en estos casos:
* Pérdida del control: otro puede registrar la marca antes y apropiarse legalmente del nombre del negocio.
* Copias y competencia desleal: terceros pueden reproducir el producto, diseño o tecnología sin compensación.
* Limitaciones al crecer o exportar: sin protección, es difícil establecer alianzas, atraer inversionistas o salir al extranjero.
* Demandas legales: incluso puede ocurrir que la pyme, sin saberlo, esté usando una marca ya registrada por otro, lo que puede generar conflictos jurídicos.
Cómo registrar una marca en Chile
Tomando en cuenta los riesgos, cobra relevancia el registrar una marca de forma correcta. En ese sentido, el proceso en Chile se realiza ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), y consiste en los siguientes pasos, explica León:
1. Buscar si la marca ya existe: se recomienda hacer una búsqueda previa en el sitio web de INAPI.
2. Presentar la solicitud de registro: se realiza en línea, indicando la marca, los productos o servicios que identificará, y la clase correspondiente según el Clasificador Internacional.
3. Publicación en el Diario Oficial: se paga un costo adicional por esta publicación.
4. Espera de oposiciones y resolución: si no hay observaciones ni oposiciones, el proceso finaliza con la concesión del registro, que debe pagarse y tiene una duración de 10 años renovables.
De acuerdo con la información oficial del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI):
Las inscripciones de marcas nuevas están afectas al pago de un derecho equivalente a tres Unidades Tributarias Mensuales (UTM) por cada clase solicitada, divididas en dos etapas:
Pago inicial: 1 UTM, al presentar la solicitud.
Pago final: 2 UTM, dentro de los 60 días hábiles siguientes a la aceptación a registro.
A ello se debe agregar el costo de la publicación obligatoria en el Diario Oficial de Chile, cuyo valor depende de la extensión de la descripción de productos y/o servicios, y que se paga directamente a esa entidad.
Recomendaciones para emprendedores
Con todo, ambos expertos entregan recomendaciones para evitar problemas con los emprendimientos y sus marcas.
Alejandro Lavín sostiene que “nuestra recomendación para las pymes es que no posterguen la protección. Identifiquen sus activos intangibles desde el inicio, documenten su creación y evalúen qué vale la pena registrar. En un ecosistema cada vez más digital y competitivo, proteger lo propio es parte de construir valor”.
León refuerza el mensaje y expresa que es importante “no dejar para después el registro de su marca; evaluar si lo que han creado se puede patentar o proteger por otra vía; evitar difundir públicamente ideas innovadoras antes de protegerlas; y formalizar las relaciones con proveedores y colaboradores son pasos clave para reducir riesgos”.
