El principal indicador bursátil del país, el IPSA, ha anotado casi 50 récords este año.
Ya superó los 9.100 puntos, lo que refleja un salto importante respecto de los 4.608 que tenía al iniciarse el actual Gobierno. En general, los economistas comentan que la valorización bursátil refleja las expectativas de futuras ganancias, por lo que diversos analistas plantean que hay grandes fuerzas que están detrás de este auge en el mercado financiero.
En este sentido, el origen de este hito radica en lo macroeconómico, dice el portafolio mánager de Acciones Chilenas en Zurich,
José Agustín Cristi, pues "son las mejores perspectivas económicas para nuestro país en un futuro próximo, lo cual repercute de manera positiva en los resultados financieros de las compañías" .
Recuperación de la inversión en Chile
Tras años de incertidumbre regulatoria y bajo dinamismo, la inversión muestra señales de repunte. Mientras en 2023 (-0,1%) y en 2024 (-1,4%) la formación bruta de capital fijo registró resultados negativos, el Banco Central ya está proyectando una expansión de 3,7% para este año, así como también se constata un mayor impulso —sobre todo en sectores como energía, minería e infraestructura— en catastros como el de la Corporación de Bienes de Capital, o la inversión ingresada a evaluación en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
Asimismo, el clima empresarial comienza a reflejar mayor confianza según índices como el IMCE.
Analistas apuntan a que el apetito de inversionistas institucionales y fondos extranjeros está contribuyendo a dinamizar la bolsa, donde, por ejemplo, se da por sentado una lenta recuperación del mercado de capitales que podría propiciar la reforma previsional.
Ese dinamismo en la demanda doméstica apoya las proyecciones de utilidades de las principales compañías listadas en el IPSA, por ejemplo, en Latam y en acciones de constructoras. El precio del cobre, que se mantiene sobre los US$4 la libra, como también la posibilidad de más flexibilidad en los permisos de construcción refuerzan esta mirada, sobre todo en sectores clave como la inversión minera.
Cristi, en tanto, sostiene que "el cambio de prioridades de nuestra sociedad y clase política, donde el foco está ahora en la generación de empleos y crecimiento económico, conlleva a que las nuevas políticas tengan que considerar que las empresas juegan un papel importante".
Nuevo gobierno de derecha
El cambio político también es parte del relato. Un informe de JP Morgan señala que la ventaja de los candidatos de derecha en las encuestas (cerca del 50% de las preferencias, con 15 a 20 puntos sobre la izquierda) ha sido un motor clave del optimismo bursátil.
El banco compara la expansión de múltiplos actual —de 9,4x a 11,7x, un alza de 25% en lo que va de año— con la observada en la segunda victoria de Sebastián Piñera en 2017.
Aunque advierte que gran parte del "premio electoral" ya está incorporado en los precios, identifica un riesgo al alza: que la derecha logre una mayoría inesperada en el Congreso, lo que facilitaría aplicar políticas ortodoxas y proinversión. En ese escenario, los múltiplos podrían expandirse otro 20-30%.
En este sentido, el operador de Renta Variable en Vector Capital, Jorge Tolosa, añade que, como elementos centrales, "si las elecciones derivan en un programa económico orientado a eficiencia del gasto y menor incertidumbre tributaria, los inversionistas podrían asignar una prima mayor al mercado. Dado que el IPSA aún se transa en 12 veces precio/utilidad, bajo su promedio histórico de 15 veces, existe margen para que continúe su valorización".
Más consumo
El consumo interno se ha mantenido más sólido de lo esperado, aunque con señales mixtas. El alto desempleo es un riesgo latente. La moderación de la inflación ha dado un respiro en los hogares, reflejándose en ventas del comercio y servicios.
Ese impulso al consumo apoya las proyecciones de utilidades de los sectores ligados a demanda doméstica, aunque los analistas advierten que la tendencia dependerá de que no se erosione la confianza laboral.
"La mejora en la economía local se sustenta en las menores tasas de interés, lo cual activa la demanda, generando un mayor dinamismo en nuestra economía, donde los bancos y las compañías de retail son los que más se benefician", plantea Cristi.
El factor Estados Unidos
El contexto externo también juega a favor. La economía estadounidense sigue mostrando resiliencia, lo que sostiene la demanda por materias primas clave para Chile, como el cobre.
Al mismo tiempo, las expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal se han intensificado tras la publicación de un débil informe laboral: en agosto solo se crearon 22.000 empleos y la tasa de desempleo subió a 4,3%. El mercado ya descuenta casi tres bajas de tasas este año, partiendo con la reunión del 17 de septiembre. La caída de los rendimientos de los bonos del Tesoro —el de dos años bajó 12 puntos base a 3,47%— hace más competitivas las bolsas de países emergentes y eleva el atractivo relativo de la renta variable chilena.
"Durante el primer semestre, en medio de la incertidumbre arancelaria y geopolítica global, la bolsa chilena sorprendió al consolidarse como un mercado defensivo y cerró con una rentabilidad cercana al 23%. Ese impulso inicial —particularmente fuerte en enero— se combinó luego con la recuperación de empresas castigadas por la coyuntura externa, como SQM, CAP, CMPC y Latam, a medida que disminuyó el riesgo global", destaca Tolosa.