Con cuatro días de celebración (que pueden ser más, si es alguien extendió el feriado), las Fiestas Patrias significaron una pausa prolongada en la rutina laboral para gran parte de los trabajadores y empresas. Si bien este tipo de descansos son valorados por el tiempo en familia, la recreación y el relajo, también traen consigo un desafío: cómo retomar el ritmo productivo una vez finalizados los festejos.
El llamado “síndrome post-feriado” se caracteriza por una sensación de cansancio, menor concentración y cierta dificultad para volver a la rutina. Aunque suele durar pocos días, puede afectar tanto a los colaboradores como a las organizaciones, especialmente en las pymes.
Jaime Sepúlveda, CEO de Skualo (firma de gestión de empresas), explica que “el cambio abrupto de un estado de pausa prolongada a uno de alta exigencia puede generar una baja transitoria en el compromiso laboral. Esto no se traduce necesariamente en desmotivación, sino en una curva de reactivación psicológica y conductual”.
En esa línea, Arturo Reyes, gerente de Consultoría en Desarrollo Organizacional en BDO Chile (servicio integral de outsourcing), añade que el efecto suele sentirse como una baja de energía similar a un “mini síndrome post-vacacional”. “Este contraste puede hacer que los primeros días cuesten más. Sin embargo, es una oportunidad: esa sensación de ‘reseteo’ también trae frescura, y bien gestionada, puede convertirse en un impulso para retomar con más claridad los objetivos y renovar la motivación”, comenta.
Estrategias para retomar la productividad: La clave está en la gradualidad
Bajo esa premisa es que los especialistas recomiendan realizar una transición gradual. Esto permite, dicen, retomar el foco con mayor energía y motivación.
Jaime Sepúlveda afirma que “en contextos de alta desconexión como las Fiestas Patrias, la clave está en la progresividad del retorno. Desde una perspectiva organizacional, recomendamos calendarizar bloques de trabajo que permitan alternar tareas operativas y de planificación, privilegiando en los primeros días el orden administrativo, la revisión de backlog y la alineación de prioridades. Esta estrategia permite reducir la fricción del reingreso y recuperar el foco sin afectar la carga cognitiva del equipo”.
Arturo Reyes concuerda en tanto que la reincorporación sea paulatina.
“Sería recomendable una reincorporación gradual. Por lo tanto, no intentar hacerlo todo el primer día. Puede ser una buena idea organizar la semana con prioridades claras y comenzar por tareas más simples, que permitan retomar el ritmo sin tanta presión. Además, es clave recuperar hábitos básicos: dormir bien, hidratarse y mantener pausas activas”, señala.
El rol del liderazgo
Ambos especialistas coinciden en que el liderazgo es determinante para reactivar a los equipos después de un feriado largo.
“La responsabilidad del liderazgo en estos contextos es decisiva. Las jefaturas deben anticipar este ciclo y no sólo gestionar tareas, sino también el clima emocional del equipo. La recuperación de la productividad post-feriado no depende exclusivamente de la voluntad individual, sino de estructuras organizacionales que promuevan la contención, el sentido de propósito y la visibilidad del impacto individual en los resultados colectivos”, apunta el CEO de Skualo.
Por su parte, Reyes enfatiza que “un liderazgo empático que reconozca que el retorno puede ser más lento marca la diferencia. No se trata de bajar la exigencia, sino de ordenar prioridades y dar un mensaje claro de confianza. También ayuda ofrecer flexibilidad inicial, como ajustes de horario o espacios de conversación. Pequeños gestos de reconocimiento fortalecen la motivación y generan un ambiente positivo que acelera la adaptación del equipo”.
Bienestar laboral y nuevas metas
Las compañías también pueden aprovechar estas fechas para reforzar la cultura de bienestar y proyectar lo que queda del año. “Una política de bienestar eficaz post-festividad debe combinar flexibilidad táctica con señales simbólicas de reencuentro. Algunas prácticas efectivas incluyen: extender pausas activas, promover check-ins grupales, habilitar jornadas de adaptación progresiva o reintroducir campañas internas de reconocimiento. El objetivo es reducir el efecto ‘shock’ del retorno e instalar una narrativa positiva de cierre de año”, recomienda Sepúlveda.
En tanto, Reyes agrega que acciones simples como desayunos de bienvenida, pausas activas o actividades cortas de integración pueden marcar la diferencia. “También es clave planificar la carga laboral para que el retorno no se sienta como una ‘avalancha’ de pendientes. Incentivar hábitos saludables, como caminatas o charlas de autocuidado, ayuda a recuperar energía y transmite la preocupación genuina de la organización por sus equipos”.
Finalmente, los expertos subrayan que las Fiestas Patrias pueden convertirse en una oportunidad para reimpulsar proyectos y objetivos. “Toda instancia colectiva de celebración genera un capital emocional que puede ser movilizado hacia metas comunes. Octubre es una etapa ideal para relanzar desafíos internos, activar campañas de engagement y renovar los compromisos individuales de cara al último trimestre”, plantea Sepúlveda.
