Han pasado seis meses desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sacudió el tablero global con lo que denominó como el "día de la liberación": la imposición de aranceles recíprocos a todos sus socios comerciales, con Chile incluido.
La medida, anunciada el 2 de abril de 2025, significó un giro radical en la política comercial de las potencias mundiales -con China como protagonista- y abrió un escenario de incertidumbre para países altamente dependientes de la apertura como el chileno.
Desde entonces, las exportaciones nacionales han transitado entre la cautela y la diplomacia. En un comienzo, el cobre refinado logró librarse de los gravámenes universales al commodity, lo que fue celebrado por la industria minera, pero más recientemente, sectores como el forestal miran con inquietud la decisión de Washington de aplicar un 10% a las importaciones de madera blanda y aserrada.
A este cuadro se suma un calendario de negociaciones bilaterales que, según Cancillería, se encuentran en fase avanzada, aunque sin plazos definidos para su cierre.
El origen del conflicto
En un comienzo, Trump anunció en abril un esquema arancelario que golpeó de manera diferenciada a sus socios: 34% a China, 20% a la Unión Europea, 46% a Vietnam, 32% a Taiwán, 24% a Japón, 26% a India, 25% a Corea del Sur, 36% a Tailandia, 31% a Suiza, 32% a Indonesia, 24% a Malasia, además de un 10% a Brasil, Reino Unido y Chile.
"Este es uno de los días más importante en la historia de los Estados Unidos”, dijo el mandatario en su discurso. Y complementó: "Es nuestro turno de prosperar".
El impacto no tardó en sentirse. El Presidente Gabriel Boric reaccionó el 8 de abril a través de su cuenta en X, asegurando que "ante la guerra arancelaria desatada hemos convocado a un Comité de alto nivel para nuestra estrategia de minerales críticos, lo que se suma al trabajo con el sector agro-exportador y a la política de diversificación de mercados que se expresa en la modernización del acuerdo con la Unión Europea, los nuevos acuerdos con India y mi próximo viaje de Estado a Brasil".
Ese mismo día, el entonces ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, encabezó una reunión clave para abordar la coordinación público-privada frente a los efectos en el sector agroexportador.
Y poco después, el ex ministro de Hacienda, Mario Marcel, llamó a la calma en medio de la incertidumbre. "No hay nada inminente, terrible que le vaya a pasar a la economía chilena”, dijo en entrevista con Radio Universo, aunque reconoció que Chile debía estar atento en un "escenario muy confuso que afecta a todo el mundo".
El respiro del cobre
Uno de los hitos más relevantes ocurrió el 30 de julio, cuando Trump firmó una proclamación imponiendo un arancel universal de 50% a las importaciones de productos semiacabados de cobre, pero excluyendo al cobre refinado. Para Chile, mayor exportador de este producto a EE.UU., el anuncio significó un alivio.
"Una primera lectura permite concluir que no se aplicarán tarifas a los cátodos de cobre, lo que permite que sigamos como país abasteciendo ese mercado. Es una buena noticia para Chile, para Codelco y para nuestros clientes en EE.UU.", celebró el presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco.
Mientras el cobre evitaba un golpe arancelario, otros sectores quedaron expuestos. El 1 de octubre, la Corporación Chilena de la Madera (Corma) advirtió sobre los efectos de los aranceles de 10% a la madera blanda y aserrada.
"Queremos expresar nuestra profunda preocupación por el impacto que esta medida podría generar en un sector ya golpeado por una crisis estructural", señaló el gremio que reúne a más de 160 empresas forestales.
El estado de las negociaciones
Con todo, ¿en qué están las negociaciones de Chile con EE.UU.? Consultada por Emol, la Cancillería —liderada por el ministro Alberto van Klaveren— entregó detalles sobre el estado actual de las conversaciones con Washington.
"A partir de las medidas anunciadas por Estados Unidos, Chile ha desplegado acciones de diálogo bilateral, a través de reuniones políticas y técnicas, particularmente, entre la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales y el USTR, así como con representantes del Departamento de Comercio", indicaron desde la cartera.
En esa línea, agregaron a Emol que "en el marco de un acuerdo de confidencialidad, se han concretado dos reuniones técnicas bilaterales en Washington en los meses de junio y julio, para mejorar la posición relativa de Chile y fortalecer la vinculación económica y comercial estratégica y complementaria entre ambas naciones".
Hasta ahora, el balance oficial destacan logros: "Valoramos la no imposición a Chile de aranceles a la exportación de cátodos de cobre. Además, nuestro país se mantuvo en el arancel general del 10%, quedando en el rango mínimo aplicado".
Por otro lado, valoran que "el gobierno estadounidense anunció en septiembre la imposición de un pago de US$100.000 para la solicitud de las visas H-1B para trabajadores calificados. Chile no se encuentra en la regulación que dispone del cobro mencionado, algo positivo para nuestros connacionales".
Sin plazos para un cierre
Respecto a los plazos, Cancillería aclaró que "no hay plazos definidos para el cierre de las negociaciones. Las conversaciones se están llevando adelante a nivel técnico y se encuentran en etapa final. La Cancillería se encuentra desplegada y seguirá dialogando para obtener las mejores condiciones posibles para nuestras exportaciones".
"No hay plazos definidos para el cierre de las negociaciones. Las conversaciones se están llevando adelante a nivel técnico y se encuentran en etapa final. La Cancillería se encuentra desplegada y seguirá dialogando para obtener las mejores condiciones posibles para nuestras exportaciones"
Cancillería
Además, recordaron que desde febrero de 2025 funciona un grupo de trabajo público-privado para evaluar las medidas arancelarias de Trump.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores lidera, desde febrero de 2025, un grupo de trabajo público-privado para analizar el desarrollo de las medidas comerciales anunciadas por Estados Unidos, que ha contado con la participación de asociaciones empresariales, así como expertos y expertas en relaciones económicas internacionales, con el objetivo de recoger perspectivas y orientaciones sobre los cambios en las políticas en el ámbito del comercio internacional", detalló la cartera.