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Digitalizar, escuchar y fidelizar: La fórmula de las pymes para mejorar la experiencia de los clientes

Las organizaciones que ponen al cliente en el centro y adoptan herramientas tecnológicas logran no solo aumentar su fidelización, sino también impulsar su crecimiento sostenido.

24 de Octubre de 2025 | 17:06 | Patricio Gutiérrez
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En la actualidad, los consumidores tienen múltiples opciones para acceder a bienes y servicios tanto de manera física como digital. Este escenario no solo entrega un mayor poder a las personas, sino que también genera un mercado cada vez más competitivo en el que deben desenvolverse las empresas.

Considerando esa realidad es que ofrecer una buena experiencia al cliente se ha convertido en un elemento decisivo para las pequeñas y medianas empresas. Expertos destacan que no se trata solo de vender, sino de generar vínculos de confianza, diferenciarse y construir una reputación sólida que se mantenga en el tiempo.

De acuerdo con especialistas del ecosistema emprendedor, las pymes que ponen al cliente en el centro y adoptan herramientas tecnológicas para mejorar su servicio logran no solo aumentar su fidelización, sino también impulsar su crecimiento sostenido.


“Ofrecer una buena experiencia al cliente no es solo atender bien: es anticiparse, simplificar y acompañar. En una pyme, cada interacción cuenta. Desde el primer contacto hasta el postservicio, hay una oportunidad para construir confianza y diferenciarse”, afirma Julio Guzmán, CEO de AgendaPro, startup que desarrolla software para negocios de servicios por cita.

La experiencia del cliente no solo influye en la percepción de marca, sino que impacta directamente en la lealtad y en la reputación del negocio. “Una buena experiencia genera más que sonrisas: genera lealtad. Cuando tus clientes se sienten bien atendidos, vuelven y recomiendan. En negocios donde el boca a boca y las reseñas digitales pueden marcar la diferencia, invertir en experiencia es invertir en crecimiento”, comenta Guzmán, quien asegura que muchas pymes de servicios han mejorado su gestión y reputación gracias a la digitalización.

Desde otra mirada, Jaime Sepúlveda, CEO de Skualo ERP, coincide en que la experiencia del cliente va mucho más allá de un trato cordial. “Ofrecer una buena experiencia al cliente en una Pyme implica mucho más que un trato amable o una respuesta rápida. Se trata de construir una relación coherente entre lo que la empresa promete y lo que realmente entrega, tanto en el producto como en el servicio”, explica.

Para Sepúlveda, la clave está en la consistencia y el uso inteligente de la tecnología. “En las pequeñas empresas, la experiencia del cliente se vive de forma más directa y humana: cada interacción cuenta. Por eso, una buena experiencia se basa en conocer al cliente, anticipar sus necesidades y usar herramientas como un ERP o un CRM integrado para personalizar la atención y optimizar cada punto de contacto”, añade.

“La diferencia está en la consistencia: que la calidad no dependa del tamaño de la empresa, sino de su capacidad para escuchar y adaptarse”, complementa.


Ambos expertos coinciden en que una mala experiencia puede tener un impacto inmediato en la reputación de una Pyme. “Una sola mala experiencia puede tener un efecto multiplicador negativo, mientras que un cliente satisfecho puede transformarse en un embajador espontáneo de la marca. La fidelización nace cuando el cliente siente que su tiempo y su confianza son valorados. Esto se traduce en recurrencia, recomendaciones y menor dependencia de la publicidad. Además, la reputación digital —reseñas, comentarios o valoraciones— está directamente conectada con esa experiencia. Por eso, invertir en procesos ordenados y transparentes, donde el cliente sepa en qué etapa está su pedido o cómo acceder al soporte, es clave para construir una reputación sólida y sostenible”, advierte Sepúlveda.

Estrategias para mejorar la experiencia del cliente


En cuanto a las estrategias concretas para mejorar la experiencia del cliente, Guzmán recomienda digitalizar los procesos repetitivos, como reservas, recordatorios y cobros, junto con escuchar activamente al cliente y ofrecer acceso constante mediante canales digitales disponibles 24/7.

Sepúlveda, en tanto, sugiere avanzar hacia una automatización inteligente y una gestión basada en datos. “Primero, la automatización inteligente: reducir errores, tiempos de espera y tareas manuales mediante herramientas que integren ventas, inventario, contabilidad y servicio postventa. Segundo, la trazabilidad: ofrecer visibilidad en cada paso del proceso genera confianza. Tercero, la personalización. Y cuarto, la retroalimentación continua”, detalla.


De la misma forma añade que “lo esencial es que estas estrategias sean sostenibles, no improvisadas, y estén respaldadas por datos en tiempo real”.

La importancia de medir la satisfacción


Ambos expertos concuerdan en que medir la satisfacción de los clientes es un punto fundamental para las empresas y explican que no se necesitan grandes recursos para hacerlo de forma correcta.

“Un buen punto de partida son los indicadores básicos: tasa de recompra, abandono de carrito, devoluciones, tiempo de respuesta y Net Promoter Score (NPS). Las Pymes pueden integrar estos datos directamente desde su sistema de gestión para tener una visión unificada del cliente”, dice Sepúlveda.

Además, agrega Sepúlveda, “el análisis cualitativo —comentarios abiertos, tendencias de reclamos o menciones en redes sociales— complementa la visión cuantitativa. Lo importante es transformar esos datos en decisiones: ajustar políticas de entrega, tiempos de respuesta o procesos internos según los hallazgos. La medición debe ser constante, simple y accionable, no un ejercicio teórico”, sentencia.