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Estudio detecta "formalidad incompleta" y riesgos sanitarios en malls chinos: "Aparentan cumplir las normas"

Según el análisis de la CNC, estos recintos operan con patentes dudosas, productos sin certificación y baja trazabilidad tributaria, lo que genera competencia desleal con el comercio formal.

27 de Octubre de 2025 | 18:28 | Por Martín Garretón, Emol.
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El Mercurio
Los "malls chinos" operan bajo esquemas de "formalidad incompleta que vulneran la normativa vigente y ponen en riesgo a los consumidores". Esa conclusión reveló una radiografía sobre el funcionamiento de estos recintos que se expanden por todo Chile.

Lo anterior, según el análisis, bajo un modelo que mezcla elementos formales -como exhibición de RUT y medios de pago- con prácticas que, según la Cámara Nacional de Comercio (CNC), vulneran la trazabilidad tributaria, la normativa sanitaria y la competencia leal.

El estudio de la CNC titulado "Observación de Malls Chinos 2025", fue desarrollado entre el 21 de agosto y el 24 de septiembre de este año, y abarcó 62 recintos comerciales, principalmente en la Región Metropolitana, aunque también con representaciones en Atacama, Antofagasta y La Araucanía.

El levantamiento se realizó a través de fichas presenciales con observación directa, fotografías y comprobación de patentes, boletas y certificaciones.

Según explicó el presidente del gremio, José Pakomio, "este estudio surge como respuesta a la creciente preocupación manifestada por los barrios comerciales y gremios de Arica a Magallanes, que han visto cómo este nuevo fenómeno les genera, en muchos casos, una competencia desleal frente a la cual aún no se observan resultados concretos de fiscalización por parte de las autoridades competentes".

Formalidad aparente, pero sin respaldo


Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es lo que la CNC denomina "formalidad incompleta". De acuerdo con los resultados, solo el 38,7% de los locales observados exhibe una patente comercial visible, mientras que el 50% no lo hace y el 11,3% restante no pudo ser verificado.

Además, de las patentes visibles, el 91,7% correspondía a copias o fotocopias plastificadas, lo que impide comprobar su autenticidad.

En materia tributaria, el 76% de los locales muestra un RUT al público, pero el informe advierte que "ello no garantiza que dicho número corresponda efectivamente al contribuyente que opera el local ni que exista trazabilidad fiscal".

La CNC interpretó estos resultados como evidencia de un fenómeno estructural. En concreto, apuntan a que este tipo de comercios aparentan cumplir las normas, pero que no cuentan con respaldo documental ni certificaciones al día.

Esa "formalidad parcial" permite operar bajo costos más bajos que los del comercio establecido, generando distorsiones en la competencia.

Productos falsificados y riesgos sanitarios


El informe también alertó sobre la comercialización de productos falsificados o sin certificación sanitaria. El 45,1% de los locales observados ofrecía artículos con sospecha de falsificación o procedencia dudosa, especialmente en rubros como perfumería (30,3%), alimentos (30,3%) y productos de limpieza (27,3%).

La revisión detallada por categorías muestra brechas significativas. Por ejemplo, en juguetes, 91,9% de los locales los vende, pero solo 49% de los productos tiene rotulación en español.

En electrónicos, 35,8% posee código QR de la SEC, mientras que 45,3% no presenta ninguna instrucción de seguridad.

En cosméticos, aunque el 93,5% los comercializa, solo 67% cuenta con certificación del Instituto de Salud Pública (ISP).

Respecto a los alimentos, 80,6% los ofrece, pero solo 52% muestra resolución sanitaria vigente.

Estos vacíos, advierte la CNC, implican riesgos directos para el consumidor y una pérdida de control para las autoridades sanitarias.

La trazabilidad tributaria: un desafío aún mayor


Pese a la alta presencia de medios de pago electrónicos -el 98,4% de estos locales acepta tarjetas y el 43,5% transferencias-, el estudio detecta una baja trazabilidad de las transacciones.

En las compras realizadas por observadores del estudio, el 85,5% de los pagos en efectivo tuvo boleta, pero en el 14,5% restante no se entregó ningún comprobante. Cuando se solicitó expresamente, solo un tercio accedió a emitirlo.

En la práctica, eso significa que miles de operaciones diarias quedan fuera del registro tributario.

El informe señaló que "la presencia de terminales electrónicos o datáfonos no garantiza cumplimiento fiscal, pues muchas transacciones se asocian a cuentas personales o RUT distintos del contribuyente real".

Una expansión nacional con impacto local


Extrapolando los resultados a nivel país, la CNC estimó que actualmente existen más de 420 locales en funcionamiento bajo el modelo de "malls chinos". Si se proyectan los porcentajes observados; alrededor de 162 locales tendrían patente visible, cerca de 189 comercializarían productos falsificados o sin certificación, entre 359 y 393 entregarían algún tipo de boleta y todos (420) aceptarían efectivo.

Asimismo, aproximadamente 210 locales operarían sin las certificaciones requeridas para productos sensibles como alimentos, cosméticos o electrónicos.

El gremio advirtió que esta realidad se ha consolidado tras la pandemia, cuando muchos comercios tradicionales cerraron y los arriendos bajaron, generando condiciones propicias para la expansión de este tipo de recintos.

"Es necesario fiscalizar con fuerza y empoderar al consumidor"


La CNC llamó "a fortalecer la fiscalización coordinada entre municipios, el SII, la Seremi de Salud, el Sernac y Aduanas, para garantizar el cumplimiento de las reglas del comercio formal, las que deben ser aplicadas a todos, sin excepciones".

"La expansión de estos recintos plantea una amenaza estructural para el comercio formal chileno".

José Pakomio
Pakomio agregó que "estos resultados nos recuerdan que resulta clave informar y empoderar a los consumidores sobre los riesgos de adquirir productos sin certificación y la importancia de exigir su boleta".

El gremio planteó que la situación no sólo afecta a los comerciantes establecidos, sino también al propio Estado, que deja de percibir recaudación fiscal, y a los consumidores, que quedan expuestos a riesgos de salud y seguridad.

El informe sostiene que las deficiencias detectadas no se deben únicamente a la conducta de los comerciantes, sino también a una falta de coordinación interinstitucional entre los organismos fiscalizadores.

Según la CNC, la superposición de competencias y la limitada frecuencia de los operativos impide una acción efectiva. "Las infracciones se mantienen, los locales cambian de razón social o exhiben documentación parcial, y el ciclo se repite sin sanciones concretas", advierte el texto.

Por eso, la CNC propuso una serie de medidas para enfrentar el fenómeno. Entre ellas: Fiscalizaciones conjuntas entre municipios, SII, Aduanas, Seremi de Salud y Sernac; verificación directa de patentes y certificados de producto en terreno; y campañas educativas que incentiven a los consumidores a exigir boleta.

También, la aplicación de inteligencia fiscal para detectar operaciones electrónicas no declaradas, y apoyo al comercio formal mediante simplificación de trámites y arriendos preferenciales en zonas céntricas.

Para Pakomio, "la expansión de estos recintos plantea una amenaza estructural para el comercio formal chileno, que sí paga impuestos, certifica sus productos y cumple las normas laborales. No se trata de impedir que existan, sino de que operen en igualdad de condiciones".