Con el mercado laboral en constante evolución, las habilidades y competencias necesarias para los próximos años han ido cambiando. Según el Foro Económico Mundial, el futuro del trabajo no será solo tecnológico, sino también requerirá de talento humano.
En ese sentido, de cara al 2030, las competencias que se espera aumenten su importancia son la alfabetización tecnológica, IA y Big Data, pensamiento crítico, curiosidad y aprendizaje permanente; resiliencia, flexibilidad y agilidad; liderazgo e influencia social; motivación y autoconciencia y gestión del talento.
Por otro lado, en cuanto a las habilidades emergentes, se espera que aumente la demanda de dominio de redes sociales y ciberseguridad, gestión ambiental, y diseño y experiencia de usuario.
Carla Aravena, gerente general de OTEC Teamclass, división de capacitación del Grupo de Empresas Teamwork, explicó que “hoy las empresas que invierten en capacitación ya no piensan en grupos, sino en individuos. Cada colaborador tiene necesidades distintas y, al potenciar sus habilidades de manera personalizada, se genera un efecto positivo en todo el equipo”.
El impacto y beneficios de la capacitación
En un escenario donde las habilidades se siguen redefiniendo, en Chile son muchas las organizaciones que aprovechan los excedentes de capacitación y la franquicia tributaria disponibles a fin de año para implementar programas a la medida.
En ese contexto, el impacto de la capacitación en el desempeño empresarial está respaldado por cifras concretas. Estudios de Montblanc Consulting muestran que las organizaciones que implementan programas de formación personalizada incrementan hasta un 24% su productividad y mejoran significativamente la retención de talento.
Asimismo, la percepción de los trabajadores chilenos refleja la relevancia de esta tendencia: según la Encuesta Nacional de Capacitación y Empleo (ENCLA 2023), el 78% de los colaboradores en Chile considera que la capacitación continua es clave para su desarrollo profesional, y más de la mitad asegura que elegir los cursos según sus necesidades individuales mejora su motivación y compromiso con la organización.
“En la actualidad, cada colaborador enfrenta desafíos y contextos distintos. Por eso es muy importante ofrecer que cada persona desarrolle habilidades estratégicas para su rol, aplicándolas de forma concreta y contribuyendo directamente al desempeño y la innovación del equipo, más allá del simple aprendizaje; tiene que ser un aprendizaje con propósito”, agregó Aravena.
