"Luis Emilio Recabarren (fundador del Partido Comunista en Chile) no era partidario tanto de las alzas del salario mínimo, porque entendía que al subirlo, los precios aumentaban enseguida, entonces quedábamos igual o peor".
Eso fue el llamativo reproche del candidato presidencial Eduardo Artés a la abanderada del oficialismo, Jeannette Jara en el último debate presidencial de Anatel previo a las elecciones de este domingo 16 de noviembre.
Los candidatos discutieron sobre el costo de la vida, la inflación y las políticas salariales, y la postura de Artés frente al tema llamó particularmente la atención de los candidatos de oposición.
Jara, abanderada del pacto Unidad por Chile y militante del PC, reiteró su propuesta sobre la creación de un "ingreso vital" de $750 mil, que se compondría "en una parte en salario mínimo y en otra parte en subsidios y aportes directos", explicó.
Aquel reproche de Artés a Jara fue considerado por el candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, quien manifestó: "Estoy gratamente sorprendido por la primera parte de la clase de economía que le dio Artés a Jara, porque lo que hay que generar es trabajo. El punto es que ese trabajo tiene que generarse con inversión externa, y para eso necesitamos seguridad".
Luego, el abanderado del Partido Nacional Libertario (PNL), Johannes Kaiser, complementó la crítica asegurando que "con la libertad económica, usted puede colocar los valores que usted quiera. Al final, la inflación, efectivamente, se termina comiendo los salarios más altos, que fue lo que sucedió con el salario mínimo de ahora, $500 mil hoy día compran menos de lo que compraban $350 hace cinco o seis años atrás, o está por ahí".
Con todo lo anterior sobre la mesa: ¿Cuánto del alza salarial ha sido devorada por la inflación?
El antecedente del Banco Central y la OCDE
El Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre del Banco Central advirtió que el encarecimiento de los costos laborales -sobre todo el fuerte aumento del sueldo mínimo durante al gobierno de Gabriel Boric- está teniendo un impacto directo sobre la inflación y el mercado del trabajo.
"Cuantitativamente, se ratifica el impacto negativo en empleo del aumento de los costos laborales. Esta evidencia se complementa con antecedentes cualitativos que sugieren que estos mayores costos pueden estar actuando como un catalizador de procesos de cambio tecnológico, sustituyendo cierto tipo de empleos o generando discordancias entre las competencias requeridas por las empresas y aquellas con las que cuenta la fuerza laboral", señaló el ente rector.
El organismo indicó que el salario mínimo ha experimentado un aumento de alrededor de 24,5% entre abril de 2023 y enero de 2025, mientras que el IPC subió 7% en ese mismo periodo. En su análisis, destacó que estos mayores costos "podrían seguir afectando el ritmo de creación de empleo y la formalidad laboral en los próximos trimestres".
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los ingresos reales por habitante cayeron un 0,6% en el segundo trimestre de 2025, siendo junto con Países Bajos los dos países con mayores retrocesos entre los 19 miembros analizados.
La entidad explicó que, en el caso chileno, "el incremento de la inflación amputó la progresión de esos ingresos". Mientras el PIB por habitante aumentó apenas 0,2% entre abril y junio, los precios al consumidor borraron buena parte de las ganancias salariales acumuladas.
No obstante, la OCDE recordó que Chile había sido uno de los países con mayor mejora en ingresos reales durante el primer trimestre del año (3,1%), impulsado por la baja transitoria de la inflación y un leve repunte en la actividad económica.
El debate económico detrás de las cifras
Más allá de la controversia política, desde que el Gobierno de Boric asumió en marzo de 2022, el sueldo mínimo ha tenido una serie de incrementos que lo llevaron de $350 mil a $529 mil en septiembre de 2025, y alcanzará los $539 mil en enero de 2026.
De acuerdo con el ex subsecretario de Hacienda y actual decano de la Facultad de Economía, Negocios y Gobierno de la Universidad San Sebastián, Alejandro Weber, "esto es un aumento nominal del 54%, para unas 950 mil personas que hoy reciben el sueldo mínimo".
"Si lo vemos en términos reales, entre marzo de 2022 y enero de 2026 -utilizando la proyección de inflación del Banco Central para 2025-, la inflación o el costo de vida va a haber subido un 26% en el periodo. Esto significa que el aumento real del sueldo mínimo durante la administración Boric será cercano al 22%", agregó.
Esto, dijo Weber, "pese a que la mitad del aumento se lo comió la inflación, aún así es muy superior al crecimiento acumulado del índice real de remuneración para el periodo, que fue de un 5,4%".
Asimismo, el investigador del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), José Acuña, planteó (con datos de inflación a septiembre) que "las remuneraciones promedio crecieron bastante menos que la de los trabajadores afectos al mínimo", dado que "las remuneraciones reales crecieron en 6,3% entre febrero de 2022 y septiembre de 2025".
Una cifra similar entregó el economista y académico de la Universidad Finis Terrae, Jaime Bastías, precisó que, del total del aumento de los $179.000 de alza total que ha tenido el salario mínimo en la actual administración, "un 47% ($83.819) se destinó únicamente a compensar la pérdida de poder de compra por el alza de precios, mientras que el 53% restante ($95.181) corresponde a una ganancia efectiva en términos reales".
El desafío de fondo
Para Weber, "este aumento artificial de los salarios en el contexto de una economía que apenas crece al 2% ha incrementado en exceso los costos del empleo deteriorando seriamente el mercado laboral". Añadió que "si seguimos pegados en la solución políticamente fácil de aumentar el sueldo mínimo, solo crearemos más desempleo".
El ex subsecretario propuso un cambio de enfoque: "Para mejorar los ingresos de las personas debemos hacer un giro de enfoque y pensar en los ingresos de los hogares. Según la última CASEN (2022), el ingreso monetario medio de las familias en Chile es de $1.304.304, lo que se compone mayoritariamente de ingresos del trabajo, pero también de otras rentas y subsidios".
Por eso, enfatizó que "para seguir aumentando los sueldos tenemos que aumentar el crecimiento de la economía y su productividad, y en paralelo, a través de la política social y sin gastar más plata, reasignar una serie de programas o beneficios que no funcionan bien, para fusionarlos y transformarlos en una transferencia monetaria directa -o impuesto negativo- para las personas de menores ingresos".