En un escenario marcado por un intenso debate político y expectativas económicas, el ecosistema emprendedor vuelve a observar con atención el impacto que pueden generar los ciclos electorales y los cambios de gobierno.
Tanto los periodos de campaña como las elecciones como tal suelen instalar incertidumbre entre las pymes, que deben planificar sus próximos pasos en un entorno donde podrían redefinirse prioridades, regulaciones y políticas públicas.
Aunque estas etapas generan inquietud, especialistas señalan que Chile ha mantenido históricamente estabilidad institucional y marcos regulatorios que permiten a las empresas operar con relativa continuidad, incluso durante transiciones de administración. El desafío, afirman, es cómo las pymes se preparan para enfrentar escenarios cambiantes sin perder competitividad.
En ese contexto, Jaime Sepúlveda, CEO y fundador de Skualo ERP y experto en emprendimiento, sostiene que estos momentos no detienen la actividad emprendedora, pero sí elevan la exigencia en la gestión.
“En mi experiencia, la incertidumbre electoral no paraliza al ecosistema, lo tensiona. Y esa tensión no es necesariamente negativa: obliga a los emprendedores a ordenar su gestión, revisar sus costos y priorizar lo esencial. Cuando el entorno político o económico se vuelve incierto, el peor error es detenerse. Lo inteligente es fortalecer la información interna, asegurar liquidez y tomar decisiones basadas en evidencia, no en percepciones. La incertidumbre se enfrenta con planificación, no con especulación”, afirma.
Para Sepúlveda, si bien las pymes reaccionan a los ciclos políticos, su fortaleza radica en su capacidad de gestión y adaptación.
“Las pymes son sensibles a los cambios, pero no vulnerables por definición. Lo que realmente determina su estabilidad no es el gobierno de turno, sino su nivel de gestión. Una empresa que tiene procesos claros, control financiero y visión estratégica puede adaptarse a cualquier contexto político. He visto pymes que, frente a escenarios adversos, crecen porque saben leer el momento y ajustar su modelo sin perder foco. La sensibilidad existe, pero la preparación marca la diferencia”, señala.
Estrategias para momentos de incertidumbre
El especialista enfatiza la importancia de decisiones informadas y una estructura de gestión robusta. “La estrategia debe ser siempre lógica, no emocional. Primero, tener información financiera confiable y actualizada. Segundo, trabajar con proyecciones de flujo que consideren distintos escenarios. Y tercero, avanzar en automatización y control de procesos. Las campañas pasan, los gobiernos cambian, pero una gestión sólida permanece. Si una pyme tiene trazabilidad, puede anticipar decisiones y reaccionar rápido. Ese es el verdadero blindaje ante la incertidumbre”, explica.
Y en ese mismo sentido, Sepúlveda sostiene que los momentos de alta incertidumbre también pueden abrir la puerta a nuevas ideas y oportunidades. “Diría que es precisamente donde más innovación aparece”, declara.
Para el experto, “los momentos de estabilidad tienden a adormecer la creatividad; la incertidumbre, en cambio, obliga a repensar. Las pymes que entienden eso no se refugian: experimentan, prueban, ajustan. Innovar no siempre implica grandes saltos tecnológicos; muchas veces se trata de repensar cómo se distribuye, cómo se cobra, cómo se comunica. La innovación real ocurre cuando se combinan datos, tecnología y coraje para decidir distinto”.
El rol del liderazgo
En este escenario, el papel del líder es clave para mantener la organización enfocada y contenida. Tal como explica Sepúlveda, el liderazgo en entornos inciertos exige más carácter que discurso.
“Un líder debe tener la capacidad de tomar decisiones difíciles sin perder perspectiva. La calma se transmite, y en las pymes, la calma del líder se nota en cada área. Yo creo que el rol central es sostener dirección: mostrar con hechos que la empresa sigue un plan, aunque el contexto cambie. Escuchar, medir, decidir y ejecutar. Esa es la secuencia que sostiene a cualquier organización, sin importar el ciclo político que atraviese”, afirma.
Mirada del ecosistema tecnológico
Desde el sector digital, también destacan que la estabilidad institucional chilena sigue siendo un motor para el desarrollo de nuevos negocios tecnológicos.
Julio Guzmán, fundador y CEO de AgendaPro, afirma que el ecosistema de emprendimiento en Chile se ha caracterizado por su “notable resiliencia y la presencia de marcos regulatorios sólidos y previsibles que trascienden los cambios de administración”.
En ese sentido, destaca “la base institucional y la claridad de las reglas del juego en Chile permiten a las startups enfocarse en la innovación y el crecimiento a largo plazo. Nuestra visión es que, independiente de los resultados electorales, el país mantiene un compromiso fundamental con la economía de mercado y el desarrollo tecnológico, asegurando un ambiente propicio para que las empresas de agendamiento y otras soluciones digitales sigan prosperando y contribuyendo a la modernización de los servicios”.