La disputa entre Sigdo Koppers (SK) y el alcalde de Talcahuano, Eduardo Saavedra (PS), se encendió luego de un cruce de cartas al director en El Mercurio, a propósito del proyecto para instalar un liceo industrial de excelencia, particular subvencionado y sin copago, en dependencias que la empresa utilizó en el pasado para un centro de formación técnica.
Se trata de un recinto ubicado en un terreno municipal entregado en comodato por 50 años, donde SK operó primero el CFT ProAndes (entre 2012 y 2016) y posteriormente Esucomex (2016-2022), iniciativas que terminaron cerrando por falta de demanda. En esa infraestructura, según detallan desde la compañía, se invirtieron $2.500 millones y actualmente se encuentra sin funcionamiento.
La intención de la empresa, presidida por Juan Eduardo Errázuriz, es reconvertir ese espacio en un liceo técnico-industrial de alto nivel, orientado a la formación de capital humano que requieren las industrias de la zona, en un contexto que —según plantean— presenta un déficit de oferta educacional de calidad.
El proyecto sería ejecutado por Asimet, bajo un modelo similar al del Liceo Industrial Chileno Alemán de Ñuñoa. Sin embargo, desde el municipio se ha planteado que Talcahuano ya cuenta con el Liceo Industrial Juan Antonio Ríos y que cualquier decisión respecto de un nuevo establecimiento debe resolverse a nivel comunal, mediante instancias participativas.
Cabe señalar que el Liceo Juan Antonio Ríos ha enfrentado dificultades financieras en los últimos años.
¿Trasfondo ideológico?
En el entorno del conflicto, algunas fuentes apuntan a un componente ideológico en la resistencia al proyecto. Según dichas versiones recogidas por El Mercurio, el Colegio de Profesores habría presionado al concejo municipal y al alcalde para oponerse a la iniciativa, argumentando un rechazo a la presencia de educación privada en el nivel escolar, además del temor a una disminución de matrícula en el liceo industrial existente, lo que podría impactar en la estabilidad laboral de sus docentes.
A ello se suma el desempeño académico del establecimiento municipal.
Según señaló a Emol María Teresa Romero, directora ejecutiva de Escuelas Abiertas, no existe "ninguna razón técnica" para bloquear esta iniciativa, por lo que "todo indica que la resistencia es ideológica, no educativa".
Según Romero, y citando una encuesta realizada por UCSC, el 92% de los habitantes de Talcahuano apoya la creación de este nuevo liceo industrial. “Esa desconexión entre lo que pide la ciudadanía y lo que decide la autoridad habla por sí sola”, sostuvo.
En Talcahuano, según datos de la Agencia de la Calidad de la Educación, 1.691 estudiantes asisten a colegios catalogados como insuficientes o medio bajo, y el liceo técnico profesional municipal tiene 95% de sus alumnos de segundo medio en nivel insuficiente según SIMCE 2024. "Incluso hasta el 2019 llevaban tres años consecutivos en categoría insuficiente", subrayó Romero.
"En este conflicto, los niños son los grandes olvidados. Cientos de familias siguen atrapadas en un colegio de bajo desempeño solo porque algunos temen la competencia. Es una injusticia: se protege un sistema y sus puestos, no el derecho de los estudiantes a aprender. Impedir que un colegio innovador abra, para resguardar a uno que lleva años sin lograr lo básico, es simplemente darle la espalda al futuro de esos jóvenes", subrayó la directora de Escuelas Abiertas.
"En este conflicto, los niños son los grandes olvidados. Cientos de familias siguen atrapadas en un colegio de bajo desempeño solo porque algunos temen la competencia".
María Teresa Romero
Desde Sigdo Koppers, su gerente general, Juan Pablo Aboitiz, sostuvo a El Mercurio que no logra comprender las razones de la oposición al proyecto. "Me cuesta entender que existan razones para oponerse a la puesta en marcha de un liceo técnico de excelencia que aporta al desarrollo de los jóvenes de la comuna de Talcahuano y de la Región del Biobío, donde no hay costo para el municipio y la comuna solo recibe beneficios", indica.
Añade que "nuestro interés es justamente colaborar con el desarrollo de la educación pública, por lo que confiamos en que los representantes comunales valoran esta iniciativa, sin fines de lucro, que no tiene ningún costo para la municipalidad, que busca replicar la experiencia del Liceo Industrial Chileno Alemán —liderado por Asimet— y esperamos que pronto podamos reunirnos con ellos para retomar su implementación".
El proyecto no es nuevo. Sus orígenes se remontan al periodo en que Henry Campos (UDI) era alcalde de Talcahuano. En ese entonces, el concejo municipal rechazó la iniciativa en votación. Según señalaron al citado medio fuentes ligadas al proceso, los argumentos detrás de esa negativa eran similares a los que actualmente no permiten ampliar el giro del comodato desde un CFT a un establecimiento escolar.
La respuesta del alcalde
Consultado por las acusaciones de un eventual bloqueo ideológico, el alcalde Eduardo Saavedra rechazó tajantemente esa interpretación.
"Quiero ser muy claro: en ningún caso existe una oposición a que empresas privadas desarrollen proyectos educativos en Talcahuano. Por el contrario, valoramos toda iniciativa que busque aportar a la formación técnico-profesional de nuestros jóvenes", afirmó a El Mercurio.
Según explicó, la razón por la que el proyecto no ha avanzado radica en la forma en que se ha presentado. "Desde el inicio hemos solicitado un proceso formal, ordenado y transparente, donde se considere a la comunidad educativa local, a los establecimientos que ya funcionan en la comuna —incluido el Liceo Industrial de Talcahuano— y las necesidades reales del territorio. Eso no ha ocurrido todavía", sostuvo.
Agregó que "lo que pedimos es respeto por los procesos locales y una propuesta construida con diálogo, participación y evidencia, no como una imposición ya definida desde Santiago".