En Chile, más del 98% de las empresas son micro, pequeñas o medianas empresas, según datos del Ministerio de Economía, y muchas de ellas se encuentran en procesos de búsqueda de nuevos socios, reestructuración societaria o venta parcial para financiar proyectos. En ese contexto puede surgir la pregunta: ¿cuánto vale realmente la empresa?
Si bien la respuesta depende de diversos factores como balances, flujos de caja o expectativas de crecimiento, los especialistas advierten que existe un factor igual de determinante: cómo ese valor será observado por el Servicio de Impuestos Internos (SII).
Claudio Bustos, abogado tributarista y socio fundador de Bustos Tax & Legal, firma de asesoría y planificación tributaria, explica que “asignar un valor inadecuado puede transformarse en un problema serio. No se trata solo de cuánto cree el dueño que vale su negocio, sino de si ese valor es razonable frente al mercado”.
El valor de venta y su impacto directo en los impuestos
Bustos sostiene que el valor asignado a la transacción es relevante, porque determina el monto de la ganancia de capital y, por lo tanto, la carga tributaria. Si la operación arroja una utilidad elevada, los impuestos serán mayores; si la ganancia es más baja, el pago también disminuye.
“El problema surge cuando el precio se aleja del valor real. El SII tiene la facultad de tasar las operaciones de venta si considera que el monto se aleja notoriamente del valor de mercado asignable a las acciones o derechos de la empresa”, advierte.
Este riesgo se presenta con mayor frecuencia en operaciones dentro de un mismo grupo empresarial, donde sociedades relacionadas transfieren acciones o derechos sociales entre sí. “En esos casos, no se trata de una venta económica real, sino de un movimiento interno de patrimonio. Por eso es fundamental justificar el valor con parámetros objetivos”, agrega Bustos.
Cómo se determina el valor razonable de una empresa
Para las sociedades abiertas —que transan en bolsa— la valorización es más simple: se utiliza el promedio de cotización de los últimos seis meses. Sin embargo, la situación es distinta para las sociedades cerradas, que representan la gran mayoría del ecosistema pyme en Chile.
En estos casos se suele recurrir al balance general o valor libro, aunque este método no siempre refleja el valor real de mercado.
“Un balance muestra el valor contable de los activos, pero no su valor comercial. Si una empresa tiene inmuebles, participaciones en otras sociedades o marcas registradas, esos bienes pueden haber aumentado considerablemente su valor con el tiempo”, señala el tributarista.
Ejemplifica que una compañía que adquirió un inmueble por $10 millones hace años podría tener hoy un valor comercial cercano a $50 millones o más, producto de la plusvalía. “Ese tipo de diferencias demuestra por qué el valor libro no siempre representa el valor de mercado real”, indica.
En empresas que poseen participaciones en otras sociedades, se recomienda aplicar el método de Valorización Patrimonial Proporcional (VPP), que ajusta el valor según el crecimiento del patrimonio de las empresas participadas, además de revisar activos que hayan experimentado plusvalía.
Implicancias tributarias para pymes
El especialista subraya que conocer los efectos tributarios es clave antes de reorganizar o vender una empresa. Entre los puntos relevantes destacan:
- Las utilidades obtenidas por la venta de acciones o derechos sociales se consideran ganancia de capital y tributan en el régimen general.
- Las empresas pagan Impuesto de Primera Categoría, con una tasa provisoria del 12,5% para pymes hasta 2027 y 27% para el régimen general.
- Las personas naturales tributan según su Impuesto Global Complementario.
- Para no residentes, aplica el Impuesto Adicional de 35%, salvo excepciones por convenios internacionales.
- Las acciones con presencia bursátil tienen una franquicia tributaria que aplica un impuesto único de 10% sobre la ganancia de capital.
“Cada operación tiene efectos distintos. Por eso, la planificación tributaria es esencial antes de vender o reorganizar una empresa. Vender a menor valor puede parecer ventajoso, pero hacerlo sin sustento puede derivar en un ajuste o multa”, subraya Bustos.
Finalmente, Bustos hace un llamado a las pymes a informarse antes de tomar decisiones apresuradas. “El análisis tributario siempre debe hacerse caso a caso. No existen recetas únicas. Una correcta valorización protege al empresario y evita contingencias con el SII”, concluye.
