La pandemia y el acelerado avance de la tecnología han cambiado el mundo laboral. Modelos más flexibles y desarrollos digitales que transforman la manera en la que se trabaja se han consolidado en Chile y el mundo en un escenario que, según los expertos, seguirá sufriendo modificaciones con el tiempo.
Esto va de la mano en un contexto en el que la adopción de herramientas digitales para mejorar la productividad sigue creciendo en el país. De hecho, según datos de la OCDE, Chile tiene una de las tasas de conectividad más altas en América Latina, lo que facilita su inserción en procesos de digitalización.
Con estos datos de por medio, un estudio desarrollado por WeWork y PageGroup entregó las expectativas que tienen los trabajadores de cara el 2026.
La investigación, titulada “IA y presencialidad: el nuevo panorama laboral”, recogió las percepciones y preferencias de 991 profesionales chilenos. Los datos muestran que mientras en Hispanoamérica gran parte de los trabajadores ya regresó a la presencialidad y un 35% opera bajo un esquema híbrido, en Chile la discusión está puesta en cómo avanzar hacia modelos flexibles sin perder productividad ni calidad de vida.
Si bien los profesionales chilenos encuestados reconocen que la presencialidad favorece la integración de equipos y la comunicación directa, también dejan entrever algunos desafíos pendientes vinculados a temáticas como los tiempos de traslado, los costos asociados, la falta de infraestructura y las dificultades de concentración en espacios abiertos.
De esta manera, desde WeWork revelaron cuatro expectativas que marcarán la agenda laboral del talento chileno para el año que viene.
Flexibilidad como estándar: El modelo híbrido se consolida como el más valorado y los trabajadores esperan poder mantener un equilibrio entre vida laboral y personal. El concepto de flexibilidad se ha posicionado como una condición básica y parte importante lo que esperan los profesionales.
Oficinas diseñadas para la productividad: Las personas esperan que los espacios favorezcan la concentración, la colaboración y el descanso sumando áreas diferenciadas según el tipo de tarea. El diseño físico de las oficinas se ha vuelto un factor determinante tanto para la productividad como la satisfacción laboral.
Bienestar integral: Las principales dificultades de la presencialidad radican en su impacto en la vida cotidiana. Los trabajadores se ven afectados por los tiempos y costos de traslado (gasolina o transporte público), lo que reduce el tiempo disponible para sus actividades personales. Por ello, es esencial que asistir a la oficina sea una experiencia valiosa y que la presencialidad sea optimizada.
La IA como aliada, no como enemiga: La IA ya es parte de nuestro día a día. En Chile existe un gran interés en capacitarse y aprovecharla, pues no se le percibe como una amenaza sino como una herramienta de apoyo. Los encuestados consideran que hasta un 30% de su carga laboral podría automatizarse sin comprometer la calidad del trabajo, sin embargo, hay tareas que requieren de la supervisión humana.
La Head of People para el Cono Sur de WeWork, Romina Diepa, señaló que los trabajadores buscan algo más que un lugar donde desempeñar sus tareas. “Esperan flexibilidad real, ambientes que favorezcan su productividad, espacios pensados para las distintas dinámicas de trabajo", afirmó.
En esa misma línea agregó que “el foco debe estar en construir entornos laborales humanos, flexibles y adaptables”.