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Coronavirus en Haití: Cómo se vive la pandemia en el país más pobre de América

La nación caribeña, que hasta el jueves reportaba 30 casos positivos y dos fallecidos, tiene un desafío sanitario de grandes proporciones si es que el brote epidémico continúa creciendo.

10 de Abril de 2020 | 14:29 | Redactado por Pía Larrondo, Emol
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Puerto Príncipe, Haití.

EFE
A pesar de que hasta el 17 de marzo pasado Haití era de los últimos lugares que quedaban en América sin reportar casos de coronavirus, de una forma u otra la pandemia llegó a la nación caribeña y desde ahí la situación ha preocupado profundamente a las autoridades y a las ONGs que ven cómo un país que siempre ha atravesado las crisis acompañado por actores del exterior, probablemente tendrá que enfrentar esta solo.

La nación más pobre del continente ha tenido que hacerle frente al terremoto de 2010 que lo dejó por el suelo, además de otras catástrofes como el cólera, el dengue, los huracanes, la falta de agua potable, problemas de salubridad, la desnutrición, la inestabilidad política, la violencia, la inseguridad, la corrupción, y ahora le tiene que hacer frente a un enemigo que en todo el mundo es desconocido y que ha causado estragos en las naciones más ricas: el coronavirus.

"Si para todos los países será muy difícil, creo que ya deberíamos estar alarmados por lo que pasará en Haití", indicó a BBC Mundo Cono Shapiro, director general de Health Equity International, una ONG médica que ayuda a Haití.

Hasta ayer, Haití reportaba 30 casos positivos del virus y dos muertes, cifras relativamente bajas en comparación a otros países americanos, pero representará un desafío sanitario de grandes dimensiones si es que el brote sigue creciendo en la nación que tiene poco más de 11 millones 300 mil habitantes, unos dos tercios de ellos viviendo en una situación de pobreza extrema.

Iniciativas gubernamentales

El Presidente haitiano, Jovenel Moise, al revelar los dos primeros casos de covid-19 al interior del país, decretó automáticamente toque de queda y estado de emergencia sanitaria.

Según reportó EFE, desde el viernes 20 de marzo el toque de queda se ha hecho efectivo desde las 20:00 hasta las 05:00 horas en todo el territorio, además se prohibieron las reuniones de más de 10 personas y se aconsejó el distanciamiento social para evitar los contagios.

Por otro lado, el Mandatario ordenó el cierre de los colegios, universidades, empresas privadas y aeropuertos y puertos, endureciendo así las medidas preventivas tomadas unos días antes de la llegada del covid-19 que prohibían los vuelos de Europa y Sudamérica, y que había cerrado las fronteras terrestres con la vecina República Dominicana.

En su discurso desde el Palacio Nacional, Moise hizo un llamado de "solidaridad" a la ciudadanía para evitar el aumento de los contagios.
"Hoy el mundo está experimentando grandes amenazas que se asolan con la enfermedad conocida como coronavirus (…). Esta enfermedad no tiene prejuicios. Pedimos a todos que escuchen y apliquen los consejos de Ministerio de Salud Pública. Juntos lucharemos contra la pandemia", expresó el Mandatario ese día a través de su cuenta de Twitter.

Críticas a la factibilidad de las medidas

Desde el 26 de marzo pasado, el Ministerio de Salud de Haití recomendó a la población quedarse en casa y en el caso excepcional de necesitar salir, mantener una distancia de dos metros con las demás personas. Además, hizo un llamado a lavarse las manos y a ocupar el codo en caso de toser.

250test se han realizado en Haití desde la llegada del covid-19
Sin embargo, los expertos han sido críticos respecto a algunas medidas tomadas por el Gobierno, debido a que muchos de ellos concuerdan en que no se adaptan a la realidad del país caribeño.

"El Gobierno haitiano ha tomado unas medidas que son copias miméticas de las decisiones tomadas en los países desarrollados, sin tener en cuenta las especificidades de la realidad social haitiana", expresó a RFI el profesor de Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de Port-au-Prince de Haití, Camille Chalmers.

"Por ejemplo, el confinamiento fue adoptado sin tomar en cuenta las necesidades de la vida rural. Un campesino no puede quedarse en su casa sin alimentar a sus animales, sin darles de beber, etc... Así que es totalmente incompatible con un confinamiento absoluto como lo pretende el Gobierno", añadió.

Además, expresó: "Gran parte de la economía urbana es una economía informal, con 92% de las actividades en el sector informal, y con las necesidades de esa población que pasa su tiempo afuera para buscar los ingresos diarios".

Para el fundador del Instituto para la justicia y de Democracia en Haití (IJDH), Brian Concannon, "tanta gente viviendo hacinada, sin agua potable o jabón, sin poder abastecerse de comida y sin poder comer si no trabajan" es un problema serio.

"Creo que la epidemia de cólera fue predictiva (de lo que puede pasar ahora): Haití tuvo la peor que se ha dado en la historia. La pesadilla será peor que la de Italia", agregó.

Y asimismo lo proyecta la directora general de IJDH, Franciscka Lucien, que trabajó en Haití para la epidemia del cólera. "Estamos hablando de un país donde la mayor parte de la población vive muy por debajo de todos los estándares de pobreza, en una infraestructura prácticamente destruida", expresó.

Pese a las restricciones impuestas por el Gobierno, Etant Dupain, un periodista local, aseguró que los mercados y el comercio callejero, que son la fuente de ingresos para miles de ciudadanos, siguen funcionando como de costumbre.

Las deficiencias del sistema sanitario

Del país no existen datos oficiales respecto al número de hospitales que hay o de la cantidad de personas que conforman el personal médico, pero reportes de medios locales aseguran que ambos números han descendido considerablemente los últimos años.

De hecho, un informe de la Fundación St Luke y el Centro Médico Maryland hecho el 2018 señala que, hasta esa fecha, en el país solo habían disponibles 90 camas para cuidados intensivos. Y de ellas, 45 cuentan con asistencia respiratoria, que en el caso de un aumento de casos de coronavirus es esencial.

"La atención médica no era una facilidad accesible. Si ahora le sumamos el covid-19 y si pensamos que se teme que los sistemas de salud de países desarrollados no den abasto, podemos imaginar que para Haití se trata de una situación extrema", expresó Shapiro.

Pero el Ministerio de Salud haitiano asegura que están haciendo todo lo que tienen en sus manos para intentar contener la epidemia. Desde el anuncio de los dos primeros casos en Haití, las autoridades de salud han realizado solo 250 test del virus. "Ningún país estaba preparado para esto y nosotros tampoco lo estamos. Pero hemos tomado medidas y tenemos activado un plan de contingencia para intentar contener el virus", aseguró el vocero a BBC Mundo.

Para Shapiro una de las grandes preocupaciones es que la ayuda del exterior probablemente no exista en esta pandemia con la que todos los países están luchando: "He trabajado en Haití desde 2003 y esta es la primera vez que el país corre el riesgo de quedarse solo en medio de una epidemia que está mermando a su población".

"El Gobierno haitiano ha tomado unas medidas que son copias miméticas de las decisiones tomadas en los países desarrollados, sin tener en cuenta las especificidades de la realidad social haitiana"

Camille Chalmers, profesor de Economía y de Ciencias Políticas en la Universidad de Port-au-Prince
"Todos los países que se han acordado de Haití en los momentos críticos están ahora tratando de combatir la pandemia en sus territorios, por lo que me temo que Haití tendrá que hacerle frente al covid-19 por sí solo", añadió.

El miércoles se registró la segunda víctima fatal en Haití por coronavirus, una mujer de 69 años con antecedentes de diabetes e hipertensión, y tras esto las autoridades del sur del país –donde no se han registrado casos- anunciaron que cerrarán la región para evitar que el virus llegue a su territorio.

Para Lucien uno de los mayores peligros para Haití es que el virus se dispare y se vuelva incontrolable en un país donde el sistema de salud no da abasto en circunstancias normales.

"Una de las cosas que más me preocupa es que la covid-19 acabe de hacer colapsar un sistema de salud que no alcanza para el día a día", sentenció.
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