El Gobierno tiene la intención de promulgar la ley este mismo fin de semana. Los sindicatos piden no hacerlo.
EFE
Tras una deliberación que se extendió durante 16 horas seguidas, el Consejo Constitucional francés validó este viernes los puntos principales de la impopular reforma de pensiones impulsada por el Gobierno del Presidente Emmanuel Macron, que contempla el retraso de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años.
Una fuente del organismo explicó a la prensa que, al validar el aumento a 64 años, sus nueve miembros tuvieron en cuenta "que el legislador busca la supervivencia del sistema por repartición, teniendo en cuenta además el aumento de la esperanza de vida".
El organismo también rechazó la solicitud de que la reforma de pensiones sea sometida a un referéndum de iniciativa ciudadana. Aunque el próximo 3 de mayo estudiará una nueva solicitud de referéndum de iniciativa ciudadana, pero con una cuestión diferente a la planteada hasta ahora.
De todas formas, el Consejo Constitucional invalidó seis artículos de la ley, entre ellos dos relativos al fomento de la contratación de trabajadores mayores de 55 años en las grandes empresas, al considerar que no tenían lugar en una ley de financiamiento de la Seguridad Social.
El Gobierno tiene la intención de promulgar la ley este mismo fin de semana, según dijeron fuentes oficiales a medios locales, tras un veredicto que generó reacciones contrapuestas en la clase política francesa.
La primera ministra, Élisabeth Borne, destacó que, con su decisión, el Consejo Constitucional considera que "tanto en el fondo como en el procedimiento", la reforma está de acuerdo con la Constitución. "Esta noche no hay ni vencedores ni vencidos", aseguró Borne en Twitter.
El Gobierno recalcó, en un comunicado, que el fallo del Constitucional "marca el final del camino institucional y democrático de la reforma" y reiteró que su voluntad es "continuar la concertación con los interlocutores sociales".
Por su parte, la líder ultraderechista, Marine Le Pen, advirtió que la entrada en vigor de "esta reforma brutal e injusta" va a marcar "la ruptura definitiva entre el pueblo francés y Emmanuel Macron".
Tras conocerse la noticia, los sindicatos franceses llamaron a una "movilización excepcional" el 1º de mayo contra la impopular reforma de las pensiones.
Las centrales sindicales, que rechazaron reunirse con Macron y su gobierno antes de esa fecha, pidieron además, en un comunicado conjunto, que el Presidente "no promulgue la ley", afirmando que ésa es la "única manera de calmar la ira expresada en el país".