Patricio Miranda, Las Últimas Noticias
SANTIAGO.- La imagen de un taxista atropellando a un hombre en las afueras del mall Costanera Center, en Providencia, volvió a resurgir esta semana la controversia en torno a las malas prácticas en las que incurren muchos de ellos, específicamente quienes esperan pasajeros en este centro comercial.
Ya lo había advertido hace un par de años el programa "En su propia trampa" de Canal 13, en el que Emilio Sutherland demostró algunas de las tácticas que utilizaban algunos taxistas para adulterar el taxímetro y estafar a sus clientes con el llamado "cambiazo" de billetes, especialmente a turistas extranjeros.
En el programa, el periodista descubrió a conductores llevando a cabo estas estafas, como cobrar más del doble del valor del viaje a extranjeros, escondiendo las conexiones del taxímetro adulterado en el comando del surtidor de agua o "sapito" del auto. Otros hacían creer a los pasajeros que habían cancelado con menos dinero para quedarse con la diferencia.
Para llevar a cabo estas maniobras delictuales, los conductores se niegan a llevar a pasajeros chilenos para priorizar a los extranjeros, que por diferencias de idioma y moneda caían más fácilmente en estas estafas. Incluso, muchos suelen esconder la patente que, por obligación, deben llevar pintada en las puertas del vehículo.
Tras el incidente ocurrido el fin de semana en el mall de Providencia, el presidente de la Confederación Nacional de Taxis de Chile (Confenatach), Luis Reyes, comentó a Emol que quienes realizan estas malas prácticas son taxistas informales, es decir, no están registrados.
"El adversario no está entre nosotros, el adversario está afuera, el que está haciendo la pega informal sin autorización", señaló.
"Estos individuos que malamente se llaman taxistas y que a veces no son taxistas, son personas que usan un auto para cometer infracciones o fechorías", agregó.
Reyes, en esa ocasión, culpó a la falta de fiscalización de los informales el que éstos continúen estafando a las personas.
Sin embargo, el general Jorge Garrido, jefe de zona de Tránsito, Carreteras y Seguridad Vial de Carabineros, aclaró a Emol que "nosotros sí hacemos controles, lo que pasa es que nosotros tenemos la expectativa de que (el individuo) cambie su conducta, pero muchas veces el control no cae en tierra fértil y no cambia conducta".
Aseguró, entonces, que "la misma persona que alguna vez fue infraccionada o que fue descubierta, a esa misma persona la podemos encontrar al día siguiente incurriendo en la misma conducta".
Por eso, el oficial de Carabineros sentenció que el tema no radica en una falta de fiscalización: "el problema es mucho más complejo que eso".
"Recordemos que nosotros somos el último control social. Si esa persona ya está inclinada a tener conductas que son desviadas de lo deseable, solamente a través de la fiscalización y el castigo no se acredita que esa persona no va a seguir teniendo la misma conducta después", afirmó.
En este sentido, aseguró que ante este tipo de casos "estamos trabajando en eso, hay que darle la relevancia que ese hecho tiene".
