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La evolución de las brechas de género en una década: 75% no cree que "cuidar la casa" sea responsabilidad de la mujer

En 2009, la cifra alcanzaba un 55%, según un informe elaborado por el PNUD. El diagnóstico es que ha habido avances en educación, trabajo y representación política, pero que las diferencias persisten en las normas, actitudes y prácticas.

08 de Marzo de 2019 | 10:12 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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SANTIAGO.- En 2009, un 46% de la población pensaba que la responsabilidad de mantener económicamente a la familia era siempre, en última instancia, del hombre. Diez años después, la cifra bajó a 26%. Se trata de un importante descenso de 20 puntos que se ve reflejado en el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) llamado "Una década de cambios hacia la igualdad de género en Chile: Avances y desafíos".

El análisis se realizó comparando los datos obtenidos en la Encuesta Nacional de Desarrollo Humano 2009 y aquellos que mostró la V Encuesta Nacional Auditoría a la Democracia, aplicada durante el tercer trimestre de 2018. El propósito del documento es el de "comprender la naturaleza" de las desigualdades, sus características, persistencia y cambios a lo largo del tiempo.

Así como la percepción del rol asignado socialmente a la figura masculina, también la noción de la mujer como la responsable de "cuidar la casa y los niños" descendió 20 puntos (de un 44% a un 24%). Hoy, esa idea cuenta con un 75% de oposición. Es un cambio de opinión, además, de marcada intensidad: quienes se manifiestan como "muy en desacuerdo" pasaron de un 9% a un 22%.

"A pesar de estos importantes cambios, no todos los grupos de la sociedad los apoyan de la misma forma", explica el informe: mientras uno de cada tres hombres considera que mantener económicamente a la familia recae en ellos, sólo una de cada cinco mujeres opina lo mismo.

Y aunque un 70% de los hombres se muestra en desacuerdo o muy en desacuerdo con los roles tradicionales de género, quienes tienen una pareja y viven con ella están particularmente proclives a estar de acuerdo con la representación social de los hombres como proveedores, y solo una de cada ocho mujeres que vive sin pareja coincide con esta visión.

"Estos datos ponen de manifiesto que las construcciones sociales en torno a los roles de género están presentes tanto en hombres como en mujeres, por lo que es preciso trabajar con ambos para lograr cambios", afirma el documento.

Diferencias generacionales y geográficas


Los datos también muestran otras brechas. Una es la generacional: a mayor edad, es más probable que las personas adscriban a una visión tradicional respecto de quién tiene la responsabilidad de proveer recursos para la familia: la idea de que son las mujeres las encargadas de las labores de cuidado se manifiesta en disminución en todos los grupos excepto en aquellos que tienen 65 años o más.

Mientras un 16% de las personas que tienen entre 25 y 34 años piensan que cuidar el hogar es tarea de la mujer, la cifra sube a un 35% después de los 65. La proporción es similar con respecto al rol del hombre como proveedor: un 21% en el primer grupo y un 39% en el segundo.

24% cree que "cuidar la casa" es tarea de las mujeres
Los resultados casi no varían entre el mundo urbano y rural, aunque sí existen diferencias entre quienes habitan la Región Metropolitana y los que viven en las demás. Así, lo que se constata es que quienes pertenecen a regiones distintas a la Metropolitana tienden a tener visiones más tradicionales respecto de los roles de género.

Otra diferencia se da por el nivel educativo: el grupo más educado se diferencia del resto del país por tener opiniones menos tradicionales de los roles asignados a hombres y mujeres.

También la identificación política, "que a inicios del período era irrelevante en estas materias", indica el estudio, se ha vuelto "un factor significativo". "Quienes se autoidentifican del centro a la izquierda del espectro político ideológico han reducido significativamente su apoyo a las visiones tradicionales de género".

El foco en las prácticas


Un descenso de 10 puntos muestra, para las mujeres, el hecho de ser "dueña de casa" como actividad principal (42% a 32%). Paralelamente, el porcentaje de mujeres que declaran dedicarse al trabajo remunerado pasó de un 27% a un 38%.

Pero no se observa un impacto en la distribución de las prácticas masculinas: en ambas mediciones, la proporción de hombres que trabaja de manera permanente se mantiene casi inalterada y es significativamente más alta (más del doble en 2009 y casi un 60% más alta en 2018) y la cantidad que se declara "dueño de casa" es casi insignificante (0,7% en 2009 y 0,4% en 2018).

"Son las mujeres quienes se integran a lo público y al mercado del trabajo remunerado, pero al mismo tiempo que se mantienen como responsables de las tareas de cuidado en el hogar", evidencia el estudio, y también señala que "en términos de la vida cotidiana, la vida en pareja tiende a producir en una mayor proporción prácticas tradicionales, donde las mujeres realizan trabajo no remunerado en el hogar, mientras los hombres realizan trabajo remunerado fuera de este".

Esta diferencia también se muestra en el uso del tiempo. Según la Encuesta Nacional sobre Uso de Tiempo realizada en 2015 por el INE, las mujeres destinan tres horas más que los hombres a actividades no remuneradas ligadas al hogar, lo que casi duplica la cifra (2,74 horas versus 5,89).

"Al analizar las prácticas, los datos muestran que el peso del trabajo doméstico y del cuidado en los hogares sigue recayendo en las mujeres. Los cambios observados en este ámbito no se han visto reflejados en cambios equivalentes en las actividades realizadas por los hombres. Asimismo, el peso del trabajo remunerado fuera del hogar continúa recayendo principalmente en ellos", añade el documento.

Participación pública de la mujer


Adicionalmente, el estudio muestra que dentro de la ciudadanía existe un alto respaldo a las leyes de cuotas en base a la medida implementada en las elecciones parlamentarias, que permitió aumentar la participación de la mujer en el Congreso en las pasadas elecciones: un 65% de los encuestados está de acuerdo muy de acuerdo con su existencia.

El apoyo es transversal a los distintos grupos sociales, aunque levemente mayor entre las mujeres y los grupos socioeconómicos ABC1 y C3. En cuanto a la identificación política, aunque es un poco mayor entre quienes se consideran de izquierda (79%), también es alta entre quienes se identifican con la derecha, centroderecha e independientes (71% y 72% respectivamente).

"La vida en pareja tiende a producir en una mayor proporción prácticas tradicionales, donde las mujeres realizan trabajo no remunerado en el hogar, mientras los hombres realizan trabajo remunerado fuera de este"

PNUD
Además, un 70% de la muestra está a favor de ampliar esta ley de cuotas para elecciones de alcaldes, concejales y consejeros regionales, y un 79% está a favor de crear una ley que exija que haya igual número de hombres y de mujeres en algunos cargos del Gobierno, como ministerios y subsecretarías.

También aumentó el porcentaje de personas que se muestran a favor de implementar una ley que obligue a las grandes empresas privadas a tener igual o similar cantidad de mujeres y hombres en cargos directivos. En 2009, la cifra alcanzaba un 79%, y hoy aumentó a 84%.

En cuanto a los efectos, un 43% considera que si hubiera igual cantidad de hombres y mujeres en cargos de poder la forma de hacer política mejoraría, ocho puntos menos que en 2009. Sin embargo, quienes consideran que empeoraría también disminuyeron en un punto, llegando a 4%. Lo que aumentó es la percepción de que esa equidad en la distribución de cargos no generaría ningún cambio en la forma de hacer política.

En cambio, un 56% de los encuestados considera que la eficiencia de las empresas privadas sí aumentaría si hubiera igual número de mujeres y hombres en cargos directivos. En 2009, la cifra era de un 48%. "El masivo apoyo a las cuotas de género como mecanismo de acción afirmativa debería servir de base social para empujar una legislación más robusta al respecto", concluye el estudio.
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