Los problemas del sistema penitenciario son múltiples, como la corrupción interna, admitida por el mismo director Sebastián Urra cuando debió enfrentar los cuestionamientos a las vulneraciones de los inhibidores de señal, tras un informe de la Contraloría. Además, de otros como la creciente violencia de organizaciones criminales dentro de los penales. Por eso, entre expertos valoran los nuevos uniformes que anunció el Gobierno para 36 reos de la población penal del
Recinto Penitenciario de Alta Seguridad (Repas), ubicado en Santiago, y que serán ocupados desde mayo. Esto, dice la autoridad, permitiría evitar el ingreso de elementos prohibidos en encomiendas con vestimenta, por ejemplo. Sin embargo parece una medida acotada, dicen los especialistas, considerando las distintas dimensiones que dificultan el control en las cárceles.