SYDNEY.- Los peligros de la inteligencia artificial vuelven a surgir luego de que un grupo conformado por cientos de especialistas de todo el mundo enviaran cartas dirigidas a los primer ministros de Canadá y Australia, Justin Trudeau y Malcolm Turnbull, respectivamente, a que se opongan a la creación de "robots asesinos".
Este nombre que se les entrega a las armas equipadas con tecnología de autonomía ha cobrado fuerza en los últimos años luego de que líderes de la industria y científicos comenzaran a postular los peligros de crear dispositivos bélicos que no requieran de la supervisión de un humano, ya que podrían cruzar fácilmente la "línea moral" en un conflicto armado.
En la misiva dirigida al mandatario australiano, los expertos detallan que si estos instrumentos "son desarrollados, permitirán que los conflictos armados sean batallados a una escala mayor de lo que se ha visto nunca, y aumentará mucho más rápido de lo que los humanos sean capaces de comprender".
El principal problema surge cuando las decisiones de quién vive o muere "son determinadas por máquinas y no humanos", continúa el mensaje que ha sido firmado por Toby Walsh, profesor de inteligencia artificial en la Universidad de South Wales, en Sydney; Geoffrey Hinton, integrante del equipo de esta tecnología en Brain Team, una filial de Google; Ian Kerr, profesor de ética, leyes y tecnología en la Universidad de Ottawa, entre otros miembros académicos dedicados al tema.
La medida se suma a otra carta ya escrita por líderes de la industria como Elon Musk; Mustafa Suleyman, cofundador de la compañía británica DeepMind y otros 115 personajes dedicados a la inteligencia artificial y la tecnología a gran escala.
De acuerdo a lo expresado en esta nueva misiva, "estas máquinas son armas perfectas para reprimir a la población civil. En contraste a los humanos, que deben ser persuadidos para cometer atrocidades, [los robots] serán fríos, calculadores y harán todo lo que sea necesario para completar las misiones que les sean programadas".
Uno de los principales temores que tienen los expertos en la actualidad es el amplio presupuesto que las fuerzas militares han invertido en la creación de inteligencia artificial y las posibilidades que esto implica en la integración de la tecnología en armas que puedan "dispararse por sí solas", sin requerir de una aprobación humana.
"Hay tecnologías que deberíamos mantener fuera del campo de batalla" finaliza la carta, detallando que "darle a estos robots el derecho de hacer decisiones de vida o muerte nos lleva a un horrible camino".
