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Del “sexting” al “sex tape”, dos modas con pros y contras

Mensajes al celular subidos de tono y películas caseras triple equis son buenos amigos de la vida en pareja, sólo que se deben evaluar los costos posteriores que pueden acarrear las nuevas tendencias de la sexualidad tecnológica.

07 de Diciembre de 2009 | 11:01 |
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“La única cosa que necesitan saber es que el ‘sexting’ funciona”, escribe en su blog David Wygant.

El asesor de citas estadounidense, da fe al éxito que se puede alcanzar a través de esta práctica, cuyo nombre mezcla las palabras “sex” y “texting”, para referirse al acto de mandar SMS eróticos y fotografías a través del celular.

La popularidad de esta tendencia en Estados Unidos ha crecido a partir de la alta cifra de adolescentes que la practican mandándose fotos eróticas entre ellos, mientras sus padres y la opinión se muestran preocupados ante esta nueva moda que parece facilitar el traspaso de imágenes de menores desnudos.

Sin embargo, cuando se trata de adultos, las opiniones parecen darle más la bienvenida al “sexting”, y no por nada el término estuvo en la lista elaborada por el New Oxford American Dictionary, para escoger la palabra del año 2009.

Este preámbulo tecnológico es muy recomendado por expertos, como el sexólogo Roberto Rodríguez, quien pone como ejemplo la reacción femenina que se pude esperar ante tal estímulo textual, al poseer ellas una alta “sensibilidad erótica”.

“(Con los mensajes de texto) se provoca en forma tácita la aparición del pensamiento erótico, antes de tener el objeto del deseo en frente a ella”, cuenta Rodríguez.

“Entendemos que el camino hacia el orgasmo es como un ascenso hacia la montaña; a medida que va aumentando la excitación, se llega más fácilmente. Por lo tanto, si se logra que una mujer tenga una pre-excitación potente, cuando entre en una relación coital va a llegar, probablemente, con mayor facilidad al orgasmo”, explica.

Las reglas del “sexting”, según Wygant, son simples: “Al igual que en los buenos preámbulos, tienes que ser capaz de seducir poco a poco a la otra persona (...) No le envíes: ‘Quiero hacértelo ahora :)’”, cuenta como ejemplo.

“Esta es una buena estrategia, pero funciona siempre y cuando la pareja tenga una vida sexual adecuada, sin algún tipo de disfunción, y ya haya existido un historial de sexualidad gratificante”, comenta, por su parte, Rodríguez.

El sexólogo cuenta que, sin embargo, existen entre varias personas reparos a la hora de dar rienda suelta a la inspiración erótica en los mensajes de texto, sobre todo en los casos de relaciones con amantes.

“Pueden aparecer ciertos temores ante la posibilidad de que haya extorsión, por ejemplo (...) Dejar la evidencia de una actitud sexual así, tiene sus riesgos”, advierte.

Que no quede huella

Pamela Anderson y Tommy Lee, Paris Hilton y Rick Salomon son dos parejas que no sólo son famosas por sus programas, fotografías en revistas y paparazzeos. Los cuatro, al igual que una serie de personalidades internacionales, tienen videos de sus incursiones amatorias pululando por el gran universo de la internet, donde se pueden hallar bajo el nombre de “sex tape”.

Una de las últimas celebridades que podría sufrir tal inconveniente es la cantante Jennifer Lopez, quien está luchando para evitar que su ex esposo dé a conocer la cinta “How I married Jennifer Lopez: La historia de JLo y Ojani Noa”, en la que, se asegura, incluye imágenes íntimas de la pareja en su luna de miel.

“Hay parejas que se graban y destruyen inmediatamente la grabación para que no quede evidencia”, comenta Rodríguez, quien está de acuerdo con que el morbo parece ser el principal motivo de esta práctica.

“Lo consideran un acto lúdico que incluso aumenta la excitación, por el hecho de ser ellos los protagonistas de su propia película, lo que motiva, incluso, prácticas sexuales diferentes, puesto que es como si ellos estuvieran apareciendo en una película triple equis”, explica.

En estos casos, las cámaras fotográficas que graban, junto con los celulares, representan la herramienta más a mano para el film casero, el que suele ir a parar a una carpeta del computador personal.

En la medida en que las relaciones con el ex no hayan terminado tan dramáticamente como para que se llegue a las consecuencias de Noa, parece ser que la grabación de películas y la toma de fotos XXX no representan mayor problema. Pero, ¿qué sucede si esa información llega a manos equivocadas?

Ley de la web: lo que se sube nunca desaparecerá

Cerca de un millón de virus para Windows circulan por internet, facilitando a quienes tienen los conocimientos, el ingreso remoto a nuestros computadores.

Afortunadamente para este caso, “la mayoría del público chileno no dispone de conocimientos avanzados para poder acceder a ese tipo de informaciones”, asegura el subcomisario de la Brigada Investigadora del Ciber Crimen (BRICIB), Esteban Maldonado.

Para él, el hecho de que más sex tapes sean subidos a la red en países como EE.UU. corresponde, a primera vista, a que los hogares norteamericanos tienen más acceso a la web que en Chile.

Sin embargo, la Subtel informó en agosto pasado, y basándose en la Encuesta Nacional de Consumidores, que durante el primer semestre de este año, internet fue el servicio de telecomunicaciones que más creció en el país, donde un 49% de su población la utiliza, mientras que un 53% lo hace en sus hogares.

“El gran tema de esto es tener cuidado”, dice el subcomisario, antes de explicar que “si alguna imagen sube a la red, no baja nunca más, es una regla”.

Maldonado cuenta que los principales descuidos que podrían facilitar la extracción de información privada de un computador personal, se debe al propio descuido.

“Hay que usar los protectores de pantalla con contraseña, y que éstas no sean obvias, que mezclen números con letras, que no sean representativas de ningún dato personal y nunca anotarlas en un papel y pegarlas en el monitor para no olvidarlas, las contraseñas son para mantenerlas en absoluta reserva”.

Maldonado agrega a sus consejos, la utilización de un antivirus actualizado para evitar que el computador pueda ser tomado vía remota y, además, tener sumo cuidado con las personas que acceden a nuestro computador.
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