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Países industrializados buscan apuntalar economía mundial

En la reunión se intentará "identificar qué podemos hacer" para generar una mayor actividad económica, con el fin de que "la economía mundial retorne a niveles de crecimiento del 3 por ciento, en lugar del 2 por ciento", dijo el secretario del Tesoro de EE.UU., Paul O'Neill.

06 de Octubre de 2001 | 11:16 | EFE
WASHINGTON.- Ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales de los siete países más industrializados del mundo (G-7) se reúnen hoy en Washington para buscar fórmulas de apuntalar la economía mundial, sacudida por los ataques terroristas del pasado 11 de septiembre.

Las miradas de los funcionarios de EE.UU., Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Canadá e Italia estarán puestas en la situación de la economía norteamericana, estremecida por una brusca frenada que amenaza con convertirse en recesión.

Los atentados provocaron una virtual paralización económica en Estados Unidos y se calcula que al desempleo, en ascenso, se sumará un crecimiento negativo de la economía en el tercer trimestre de este año.

En la reunión se intentará "identificar qué podemos hacer" para generar una mayor actividad económica, con el fin de que "la economía mundial retorne a niveles de crecimiento del 3 por ciento, en lugar del 2 por ciento", dijo el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill.

Por su parte, el director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, indicó que, tras los atentados, "se necesita una respuesta internacional coordinada para enfrentar las debilidades de la economía mundial y los nuevos riesgos del futuro".

La agenda de la reunión del G-7, que originalmente se había previsto para finales de septiembre, ha sido modificada para centrarse en cuestiones relacionadas con el terrorismo y, a diferencia de otros encuentros similares, en éste la economía se pondrá al servicio de las decisiones políticas.

Se espera que los ministros de Finanzas del G-7 difundan, al término de la reunión, un mensaje de confianza sobre el futuro de la economía, aunque admitirán que la recuperación llevará más tiempo del esperado antes del 11 de septiembre.

Los esfuerzos iniciales por eludir una crisis que se considera inminente tomaron cuerpo ayer, viernes, cuando la Casa Blanca anunció una nueva reducción de impuestos para estimular la economía de Estados Unidos y el FMI prometió ayuda financiera a los países más perjudicados por los atentados.

Mientras continuaban los pronósticos agoreros sobre la situación económica, el Presidente George W. Bush propuso una reducción de impuestos por valor de unos 60.000 millones de dólares para acelerar la recuperación.

Al mismo tiempo, pidió al Congreso que apruebe una serie de medidas para revitalizar la economía "a corto plazo", con inversiones de unos 60.000 millones de dólares, pero demandó que el gasto público no aumente más allá.

"Para estimular la economía, el Congreso no necesita gastar más dinero, tiene que bajar los impuestos", afirmó Bush, en una declaración en la Casa Blanca.

El anuncio de Bush se produjo después de que el Departamento de Trabajo anunciase que en los primeros días de septiembre se perdieron en el país 199.000 empleos, cifra que no tiene en cuenta los despidos ocurridos tras los atentados y por encima de las previsiones de los expertos.

Por su parte, al anunciar la ayuda financiera adicional del Fondo, su director advirtió de que aunque "hay buenas razones" para pensar que el deterioro de la economía mundial "tendrá poca vigencia", también existe "una probabilidad innegable de un resultado peor, que suponga un menor crecimiento y mayores dificultades financieras para muchos países".

"Está en marcha una desaceleración económica más pronunciada de lo previsto en muchos de los miembros del FMI", integrado por 183 países, admitió Koehler.

Según el FMI, "una mayor desaceleración en EE.UU. afectará significativamente a los vecinos países de América Latina y el Caribe, y los centros turísticos se verán muy golpeados".

Asimismo señaló que países deudores de economías emergentes en todo el mundo se verían afectados por un período más largo de incertidumbre en la economía.
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