SANTIAGO.- El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Hernán Hochschild, rechazó los argumentos para aplicar un impuesto royalty al sector, al tiempo que enfatizó que se han creado mitos en torno a esta actividad y el tema se está utilizando desde un punto de vista político e implica una discriminación al rubro que desincentivará nuevas inversiones.
El dirigente empresarial dio a conocer un extenso estudio sobre el aporte de la minería al país, así como la tributación del sector y precisó que las empresas han pagado tributos, más allá del impuesto a la renta, por mil millones de dólares entre 1990 y 2002, a la vez que destacó que considerando un precio promedio de 85 centavos de dólar la libra en los próximos años, a partir de 2007 prácticamente todas las empresas pagarán su aporte del 15%, más la revisión de utilidades a los accionistas.
Hochschild señaló que los argumentos de parlamentarios para aplicar un royalty se fundamentan en una serie de mitos e informaciones equivocadas, "y objetivamente hay cargas subjetivas detrás de los análisis y probablemente vamos a estar enfrentados a ello por las elecciones primero de alcaldes, luego parlamentarios y presidenciales".
Por lo tanto, dijo que se busca poner a disposición de la opinión pública el conocimiento del sector, a la vez que admitió que no se ha logrado comunicar al país el aporte de la minería al desarrollo debido a la naturaleza del negocio, en zonas apartadas y poco pobladas.
Al respecto, precisó que se trata de un tema extremadamente técnico, que "cuando se confunde con otros elementos de cargas emocionales y subjetivas, obviamente que complica y la opinión pública no recibe el mensaje y en eso se ha construido una cantidad de mitos que al final del día al que daña es al propio país, porque la minería ha sido uno de los sectores que ha empujado el crecimiento económico y bajar la discusión a destruir valor de nuestra actividad, lo que hace es quitar al crecimiento del país".
Por su parte, el presidente ejecutivo de la compañía minera Doña Inés de Collahuasi, Thomas Keller, rechazó la ofensiva desatada para elevar la carga tributaria del sector minero, que calificó de preocupante, ya que las razones esgrimidas no reflejan la realidad del sector y son claramente erróneas.
Al respecto, señaló que hay una serie de mitos en el sentido que se argumenta que la minería no paga impuestos cuando el resto de la economía sí lo hace y que recurre a subterfugios y triquiñuelas para pagar menos.
Agregó que el sector está afecto a las mismas normas que las demás actividades del país y tampoco está favorecido por las disposiciones del DL 600 sobre inversión extranjera, que no contempla ventajas tributarias.
Por otra parte, indicó que en los últimos tres años, la rentabilidad del sector ha sido inferior al costo de capital.
"La minería en los últimos años ha sido un mal negocio y hay gran variabilidad entre las distintas compañías por razones de tamaño y calidad de minera", dijo.
Keller precisó que no es efectivo el argumento respecto de declaraciones falsas de contenido de cobre, entre otros aspectos, por cuanto el sector es fiscalizado por Aduanas y por la Comisión Chilena del Cobre, en tanto que indicó que se ha señalado que sólo dos empresas han pagado impuesto a la renta, pero ello obedece a los bajos ciclos de precio del cobre y al hecho que la mayoría de las inversiones se realizaron en la segunda mitad de los 90, con fuertes cargas de depreciación y cargos financieros elevados.
Asimismo, informó que entre 1990 y 2001 el sector ha aportado al crecimiento del país 7.800 millones de dólares, lo que contrasta con impuestos totales por 2.577 millones de dólares e impuestos diferidos al 31 de diciembre de 2001 por 354 millones de dólares.
Por último, enfatizó que la aplicación de un royalty de 3% discrimina al sector y aumenta el riesgo país al cambiar las reglas del juego vigentes, al tiempo que desincentiva las inversiones y hace inviable los nuevos proyectos, perjudicando especialmente a la pequeña y mediana minería, además de afectar la rentabilidad del sector y desincentivar la exploración y descubrimiento de nuevos reservas.