DAVOS.- El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, pidió hoy a los participantes en la reunión del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) un mayor compromiso empresarial para luchar contra la pobreza y a la comunidad internacional, un "reajuste" de sus políticas de ayuda tras la guerra en Irak.
En su intervención en un debate sobre "el futuro de la interdependencia global", Annan invitó a los responsables de las firmas multinacionales a "adherirse a un reto todavía mayor, como líderes de empresas encaminadas a obtener beneficios pero también como ciudadanos".
"En la actualidad, no sólo la atmósfera económica global, sino también el clima de seguridad y la conducta de la política internacional han sido menos favorables al mantenimiento de un orden global estable y equilibrado", dijo.
El responsable de la ONU destacó que hasta el momento unas 1.200 grandes empresas de setenta países se han adherido al compromiso de respetar los derechos humanos, las normas elementales de trabajo y cuestiones medioambientales y que además ese proyecto ha inspirado numerosas otras iniciativas similares.
Desde el punto de vista político, Annan observó al margen de las inversiones que se registran en partes del mundo donde más se necesitan, las negociaciones para la liberalización del comercio mundial "han fracasado hasta el momento en eliminar el flagrante sistema divisorio contra los países en desarrollo".
El secretario de la ONU dijo a los empresarios que "existe una clara relación entre sus intereses y los de la comunidad internacional en su capacidad para alcanzar los objetivos del Milenio" destinados a reducir la pobreza.
Sin embargo, apuntó que en los últimos dos años "la guerra en Irak y otros acontecimientos han desviado la atención peligrosamente lejos" de esos objetivos fijados por la Asamblea de las Naciones Unidas que deben cumplirse en el año 2015.
Por ello, el secretario general de la ONU advirtió de que "es tiempo de reajustar la agenda internacional" tras el conflicto iraquí, para centrarse en cuestiones de ayuda a los países en desarrollo.
Annan advirtió también de que el terrorismo internacional y la guerra contra ese fenómeno "tienen el potencial de modificar normas de conducta y estándares en derechos humanos establecidos en el último medio siglo, a la vez que exacerban las divisiones entre culturales, religiosas y étnicas".
En ese sentido, invitó a los empresarios a ayudar a evitar la seguridad mundial "patine hacia la brutal competición basada en la ley de la jungla".
Recordó que "la libre circulación de mercancías y servicios depende de la estabilidad y colaboración" en materia de seguridad, por lo que invitó a los participantes en el Foro de Davos a influir en los gobiernos de sus países para que acuerdan mayor importancia a ese aspecto.
En el debate participó también el nuevo primer ministro de Canadá, Paul Martin, que resaltó las "divergencias sobre Irak" de la comunidad internacional y consideró que las actuales instituciones internacionales necesitan más compromiso y participación multilateral de los responsables políticos y menor burocracia para afrontar los problemas.
Martin dijo que "es inaceptable que la responsabilidad de los países llegue a los límites de sus fronteras" y puso como ejemplo la "sobreexplotación de la pesca" que corre el riesgo de amenazar muchas especies.
El dirigente canadiense pidió por último más voluntad internacional para alcanzar un acuerdo en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en materia de agricultura, que permita concluir las negociaciones para liberalizar el comercio mundial y animó a los ministros a saltarse las restricciones burocráticas y dialogar directamente para alcanzar un compromiso.