La aerolínea rematará 7 Bombardier CRJ 900 (los de la foto), los que se subastarán por un mínimo de US$ 136,9 millones.
AFPMONTEVIDEO.- Mañana se realizará la subasta de siete aviones Bombardier CRJ 900 de la aerolínea uruguaya Pluna, la que fue liquidada el pasado 17 de julio. Según se informó, el precio base por los siete aparatos partirá de los US$ 136.885.156.
El remate se realizará en el Aeropuerto Internacional de Carrasco desde las 12:00 hora local (15.00 GMT) y será "presencial y a viva voz", explicó la Presidencia uruguaya en su página en internet. La subasta estará a cargo de un rematador público designado por la Asociación Nacional de Rematadores.
Hasta ahora, tres firmas aéreas han mostrado interés por participar en la subasta: la venezolana Conviasa, la argentina Sol y también BQB, propiedad del empresario argentino Juan Carlos López Mena. Además, ha manifestado estar interesada la empresa de autobuses de Montevideo, CUTCSA, que tiene entre sus socios decenas de emigrantes españoles.
En el caso de que no se reciban ofertas por el monto de todo el paquete, la subasta se declarará desierta, para una hora más tarde iniciar una nueva subasta con el denominado "sistema a la baja" y hasta llegar a un mínimo de US$ 100 millones como precio final por los siete aparatos.
La entrega de los aviones será en un plazo máximo de 30 días y quienes los compren podrán negociar con el Estado de Uruguay la habilitación de frecuencias que explotaba Pluna, además de la contratación de los exfuncionarios de la aerolínea uruguaya.
El Gobierno del presidente José Mujica "maneja un plan B" en caso de que la subasta "sea declarada desierta", señaló el secretario de la Presidencia, Alberto Breccia.
El Parlamento uruguayo aprobó la liquidación de Pluna en julio pasado, tras un proyecto impulsado por la administración de Mujica, ante la crítica situación financiera de la empresa. Al momento del anuncio de su quiebra, el pasado 9 de julio, Pluna operaba unos 250 vuelos semanales desde y hacia Argentina, Brasil, Chile y Paraguay lo que suponía cerca del 80% del total de vuelos en Uruguay. Tras la bancarrota, algunas de sus frecuencias fueron otorgadas en forma temporal a otras compañías.
El pasado 15 de junio, el Gobierno uruguayo anunció un acuerdo para una "salida ordenada" con el grupo argentino Leadgate, que tenía el 75% de las acciones de Pluna, en tanto que el Estado poseía el 25% restante.
Tras la intervención, el Gobierno se dio un plazo de un mes para recibir inversionistas interesados en adquirir la empresa, pero éstos nunca aparecieron, lo que detonó la decisión de suspender sus actividades y proceder a la disolución.
Según cifras oficiales, al momento de la quiebra Pluna tenía deudas por US$ 380 millones, entre ellas unos US$ 13,3 millones con pasajeros que finalmente no pudieron volar.