El desafío que enfrenta American Airlines para concretar la mayor fusión aérea de la historia

DALLAS, TEXAS.- De autorizarse la fusión entre American Airlines y US Airways, las compañías se tomarían unos dieciocho meses en concretar la creación de la que será la mayor aerolínea del mundo: Una empresa que sumaría 110 mil empleados, más de 1.500 aviones y 6.700 vuelos diarios a 336 destinos en 56 países. Sin embargo, el real foco de interés está en los 190 millones de pasajeros que –en conjunto– mueven por año.

Si todo sale según lo planeado, la fusión podría ser autorizada hacia el tercer trimestre de este año, lo que debería coincidir con la salida de la protección de quiebra del Capítulo 11, bajo la cual se encuentra hoy American Airlines.

De visita al centro de operaciones que American tiene en Dallas/Fort Worth (Texas), Emol se reunió con el vicepresidente de comunicaciones de la compañía, Andy Backover, quien dejó entrever que hay confianza en que el permiso para concretar la fusión no sufra mayores complicaciones, al menos considerando experiencias previas de fusiones en la industria aérea estadounidense.

American Airlines y US Airways planean la integración de ambas compañías a través de un equipo de trabajo que fue creado especialmente para este fin. La idea es mantener una comunicación amplia y en una sola línea, tanto para los empleados, como a los clientes y accionistas. "La idea es no confundir a los clientes. Debemos mantenernos enfocados en ellos", explica Backover, enfatizando que por ahora "sólo planean, pero no implementan" ningún cambio, ya que hasta que no se autorice la fusión, ambas firmas siguen compitiendo.

Una nueva y competitiva aerolínea

Las proyecciones tras la probable fusión son que a partir de 2015 se generen sinergias anuales por más de US$ 1.000 millones, gracias a los importantes ahorros de costos y ganancias extra que se generarán por el trabajo combinado de ambas aerolíneas.

Sin embargo, para que ello ocurra están conscientes de que primero deberán lograr que los clientes vean a la nueva empresa que surja como si fuera una sola, lo que no ocurrirá a menos que actúen, se vean y "se sientan" como una sola compañía, que es lo que hoy están planeando, cuidando hasta el mínimo detalle, según explica Backover.

Al final de este largo proceso, la nueva firma quedaría en un 72% en manos de los trabajadores y acreedores de American, mientras que los accionistas de US Airways tendrían el 28% restante. La nueva compañía pasaría a llamarse American Airlines Group Inc. y utilizaría como única marca la de American Airlines. La idea es tener un sitio web único, un equipo de trabajo que opere bajo los mismos lineamientos y utilizar como principal centro de operaciones el de Dallas/Fort Worth, desde el cual ha operado siempre AA.

"Creemos que se crearán buenos beneficios para los clientes y que mejorará la competencia (...) también se creará la cuarta aerolínea financieramente estable de Estados Unidos", destaca Backover. De esta manera, la nueva American quedaría con algo menos del 25% del mercado aéreo estadounidense, superando por algunos puntos a Delta, que tiene en torno al 21% de ese mercado y en el que además compiten United Airlines con un 19%, al igual que Southwest, también con 19%.

Por ahora, American ha encargado 550 aviones nuevos –más que todos los que han encargado sus competidores en conjunto–, los que sumarían 600 con los que ha pedido US Airways. Así, con una renovada y gigante flota, el aporte de las sinergias y una robusta red de destinos, estiman que la nueva aerolínea estaría lista y equipada para ser altamente competitiva frente a los otros gigantes aéreos.