WASHINGTON.— El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, es partidario de la creación del cargo de director nacional de servicios de inteligencia, pero no con sede en la Casa Blanca como recomendaba la comisión que investigó los ataques del 11 de septiembre, dijeron el lunes fuentes oficiales.
El Mandatario "expresará su apoyo a la creación del cargo de un director de inteligencia nacional y el establecimiento de un centro nacional contra el terrorismo ajeno al Poder Ejecutivo Presidencial", afirmó un funcionario del gobierno.
Se trata de las primeras medidas que adopta Bush para reformar el servicio de espionaje nacional con el fin de evitar futuros ataques terroristas. La comisión halló severas fallas en las agencias de seguridad que permitieron los ataques de septiembre del 2001.