BERLÍN.- Ante la Audiencia Provincial de Múnich comenzó hoy, en medio de un gran interés mediático, el juicio contra el presunto chantajista de Susanne Klatten, heredera del imperio Quandt y mayor accionista de BMW, y considerada la mujer más rica de Alemania.
El gigoló suizo Helg Sgarbi acudió tranquilo al tribunal y posó impasible ante la tormenta de flashes fotográficos y las cámaras de televisión.
El suizo, de 44 años, está acusado de seducir y posteriormente chantajear a Klatten y a otras tres mujeres adineradas, de las que obtuvo mediante presiones y mentiras millones de euros.
La fiscalía encargada del caso ha establecido que el acusado intentó, por lo menos con dos de sus víctimas, chantajearlas con videos y fotografías íntimas, por lo que le acusa de cuatro casos de estafa grave y dos de intento grave de chantaje.
La propia Klatten, de 46 años de edad, fue la que desenmascaró a Sgarbi al denunciarle ante la policía harta de las presiones que sufría para entregarle cada vez mayores cantidades de dinero.
Al comienzo de la sesión, el tribunal atendió a la petición de Sgarbi de no desvelar el nombre de las otras víctimas, con el fin de evitarles más daños personales.
El acusado conoció “casualmente” a todas sus víctimas en hoteles de spa lujosos; a todas les contaba una historia conmovedora sobre un accidente de circulación con un niño como víctima, que le obligaba a pagar elevadas indemnizaciones.
Conmovidas, dos de las mujeres le dieron varios cientos de miles de euros y hasta Klatten acabó creyéndose inicialmente el cuento y entregándole siete millones de euros.