Berlín.- La película del británico Peter Greengrass sobre el tristemente célebre "Domingo Sangriento" de Londonderry, que constituyó un punto de inflexión en el conflicto entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte hace 30 años, fue objeto de una calurosa acogida de la crítica en la sección oficial del Festival de Cine de Berlín.
"Bloody Sunday" evoca la matanza de 14 civiles por soldados de élite británicos durante una multitudinaria marcha convocada por una asociación de derechos civiles el 30 de enero de 1972. Tras un inicio pacífico, un reducido grupo de manifestantes empezó a lanzar piedras contra los soldados que bloqueaban el paso de la marcha, y éstos respondieron primero lanzando agua y balas de goma, y luego con munición. En poco tiempo, el terror se apoderó de los calles dejando el saldo de 14 muertos y más de 30 heridos entre los manifestantes.
Los cruentos acontecimientos del llamado "Domingo Sangriento" son relatados de forma descarnada y minuciosa a través de cuatro protagonistas, el activista de derechos civiles protestante Ivan Cooper, un joven manifestante católico de 17 años, el comandante británico de la región y un miembro de la unidad de aerotransportados encargada de la represión.
"Quise hacer una contribución pequeña pero importante al proceso de paz", explicó el cineasta británico en una rueda de prensa. Basándose en relatos testimoniales de la matanza, el realizador rindió un emotivo homenaje a las víctimas y sus familiares.
Greengrass relató que para el rodaje contó con el respaldo activo de los habitantes de Londonderry, muchos de los cuales actuaron - "mejor dicho, revivieron la experiencia", según aclaró- en esta cinta coproducida por el director irlandés Jim Sheridan ("Mi pie izquierdo", "En el nombre del padre").
El director de esta película premiada con el galardón de la audiencia del Cine Mundial en el Festival de Sundance fustigó con dureza el polémico informe judicial que justificó la represión y que está siendo revisado treinta años después de la matanza. "Lo que se hizo fue declarar culpables a los inocentes e inocentes a los culpables", sentenció.
"Habremos dado un paso sin marcha atrás hacia la paz cuando se haga justicia a esta gente", comentó sobre la reapertura de la investigación iniciada en 1998.
El verdadero Ivan Cooper, también presente en la conferencia de prensa, lamentó las "consecuencias catastróficas" de aquella represión que "echó más leña al fuego" del conflicto entre católicos y protestantes.
"Antes del ’Domingo Sangriento’ había en Derry unos 30 activistas del IRA (Ejército Republicano Irlandés), pero después de esa tarde, fueron cientos, miles de muchachos que se sumaron a sus filas", dijo el veterano activista de derechos civiles, que abrazó la causa de la paz entre católicos y protestantes en el Ulster.