BERCELONA.- Mesas, bancos, reclinatorios, vidrieras, postigos, rejas y pomos diseñados por Antonio Gaudí conforman la exposición instalada en La Pedrera, Barcelona, que muestra que el arquitecto español concedía la misma importancia a la creación de un edificio que a la de un objeto pequeño.
La muestra "Gaudí. Arte y Diseño" se podrá visitar desde mañana y hasta el 24 de septiembre en la sala de exposiciones de este edificio diseñado por el propio arquitecto y conocido como Casa Milá.
En ella se exhiben objetos originales, algunos de los cuales no se han visto nunca en público, procedentes de varias casas particulares de Barcelona, el Parque Gúell, también en esta ciudad, la catedral de Palma de Mallorca y la capilla-panteón de Sobrellano, recintos que contaron con aportaciones del genial artista.
"Gaudí otorga la misma importancia a un pomo de una puerta que a un gran edificio, parte del mismo razonamiento, del mismo principio de creación, no se puede hacer una disociación", explicó hoy el comisario de la exposición, Daniel Giralt-Miracle.
Las obras "muebles" de Gaudí se basan en la misma experimentación y lógica que sus diseños arquitectónicos, de modo que las sillas se adaptan a la estructura del cuerpo humano, y los pomos y manijas de puertas y ventanas, realizados en latón dorado fundido, reproducen la forma que deja una mano al apretar un pedazo de arcilla, para que puedan ser asidos con facilidad.
Según Giralt-Miracle, Gaudí imprimía en sus diseños de muebles "la anatomía, la organicidad y el confort, y eliminaba cualquier elemento sobrante".
La catedral de Palma de Mallorca, en la capital de la isla mediterránea, aporta a la exposición los objetos más espectaculares como una sombrilla basilical, en madera, bronce y tejido, o una enorme escalera plegable de madera policromada, hierro forjado y fieltro, para acceder al altar durante la exposición del Santísimo.
El visitante de la muestra "Gaudí. Arte y Diseño" no sólo disfruta de los objetos expuestos sino que al levantar la vista puede ver varias reproducciones de los techos sinuosos del arquitecto catalán, en un edificio que también diseñó él y que es uno de los más emblemáticos de Barcelona.
Como la sala de exposición se encuentra en el primer piso de La Pedrera, la visita se complementa con la visión de parte de la fachada, las escaleras y las barandillas de la Casa Milá.
Si bien el patrimonio arquitectónico de Gaudí ha llegado hasta nuestros días en buen estado de conservación, Giralt-Miracle ha lamentado que no ha ocurrido lo mismo con los bienes muebles que han desaparecido por ignorancia o bien han sido objeto de especulación.
Según el comisario de la exposición, algunos fueron destruidos en las típicas hogueras de San Juan o perdidos "por la negligencia que hizo que los traperos fueron los anticuarios que poseían más piezas del modernismo durante los años 40 y 50".