Zack De la Rocha mencionó que sería un honor interpretar la mítica canción con Susan Boyle.
APLONDRES.- Aunque muy pocos lo crean, la banda de rock Rage Against the Machine podría actuar en un escenario junto a la reconocida cantante ganadora de "Britain's got talent", Susan Boyle.
Así lo ha dado a entender el vocalista de la banda estadounidense, Zack de La Rocha, quien invitó a Boyle para que juntos interpreten la mítica canción "Killing in the name" en su concierto gratuito que realizarán el próximo 6 de junio en Londres.
Pero estas declaraciones tienen un largo historial de trasfondo. Previo a la pasada Navidad se realizó una campaña a través de Facebook para que el ganador del programa de buscatalentos musicales, "The X Factor", no obtuviera, como de costumbre, el primer lugar en las listas de sencillos en el Reino Unido. Lógicamente, la canción elegida para destronar la tradición fue "Killing in the name", exitoso hit de 1992.
Finalmente, la pista de RATM terminó siendo número uno, en desmedro del vencedor del show del año pasado Joe McElderry. De inmediato, el reconocido productor musical Simon Cowell, dueño del sello de dicho cantante, SyCo, no escondió su enfado contra la banda que en su momento estuvo de acuedo con la campaña.
Pero hoy, el líder de la agrupación autora de "Guerrilla radio" dio una clara señal para hacer las paces invitando a la talentosa cantante escocesa -que pertenece al sello de Cowell- para el show que darán en el Finsbury Park.
"Para demostrar que no hay resentimientos nos gustaría que tocara con nosotros en el escenario este verano (boreal)", dijo De la Rocha al diario británico "The Sun".
"Es una vocalista grandiosa y nos agradaría interpretar 'Killing in the name' con ella. Todos la conocen en Estados Unidos y puede añadir su voz a cualquier cosa. Sería un honor para nosotros", agregó.
Con respecto al desliz con el productor, el vocalista tiene la esperanza de que todo se resuelva pronto. "Realmente espero que no hayan resentimientos por parte de Simon. Él se vio como si hubiera sido una campaña de intimidación, pero la verdad es que la gente británica quería un cambio", concluyó.