Cuatro primeras canciones sólo con voz y guitarra acústica como base dan la bienvenida a este disco, y por tratarse además de las canciones de una cantante brasileña, pensar en bossa nova es la primera reacción. Pero la reacción se disuelve a primera oída. La música popular brasileña se ha caracterizado por su capacidad de alimentarse a sí misma, pero Tiê viene a desarticular esa idea con las canciones de su primer disco. Y la desarticula con suavidad además.
A sus 29 años, Tiê es una cantante de São Paulo que debuta con Sweet jardim después de un EP de cuatro canciones grabado en 2007, y está abierta a los sonidos internacionales del pop y la canción acústica. De entrada hay dos idiomas en las dos palabras del título del álbum, y la mayoría de estas canciones está cantada en su lengua natal, pero ella estudió canto en Nueva York, la informalidad de "Stranger but mine" se escucha en inglés y en "Aula de francés" ella canta entre dos idiomas hechos para entenderse y para hacer música como el portugués y el francés.
Y la sonoridad es el otro ingrediente cosmopolita de este jardín. La base es acústica siempre, ya sea un piano acústico como el de "Te valorizo" o una guitarra acústica acompañada de cuarteto de cuerdas como en "Passarinho". En total son once composiciones en las que ella canta, toca piano y guitarra, además de invitar a otros instrumentos como órganos, pianos, arreglos de cuerdas. La casi ausencia de percusión hace más íntima esta música, que tampoco se pierde en una mayor búsqueda de acordes y se oye bien a tono con esa simplicidad en las armonías. Jardín dulce quiere decir el título, y no hay engaño: las canciones de Tiê se oyen naturales como un jardín y dulces como un ídem. Nativa del barrio paulista de Perdizes, relacionadora pública de profesión, alguna vez modelo y actriz de comerciales de televisión, es agradable que se haya dedicado a la música ahora.