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Night work

15 de Julio de 2010 | 18:37 |
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No es sorprendente que, pese a su origen neoyorquino, Scissor Sisters explote de modo especial en el Reino Unido. El grupo abraza sin complejos los códigos fusionados del dance, el pop, y la cultura homosexual de clubes que incluso en tiempos de la onda disco eran recelados en Estados Unidos, pero que en Inglaterra ha ofrecido imparables ofertas de alta calidad, incluyendo a The Communards, Soft Cell y Pet Shop Boys.

En tal sentido, podría considerarse su sonido un revival hábil de ideas ya probadas, pero hay algo en el grupo que habla de presente, y que, por ejemplo, en un tema como "Skin this cat" brilla de modo especial: los vaivenes vocales de Ana Matronic, los cambios de pulso, las baterías programadas sin pauta predecible. "Running out" es una colaboración vigorosa con la estupenda Santigold que hace de su cadencia monótona —asociabe al synth-pop alemán de los setentas— su principal atractivo. "Something like this" no es vanguardia, pero su sonido metálico se ajustaría sin problemas a un disco de Lady Gaga o La Roux. Las viejas lecciones de Giorgio Moroder dominan un disco de baile capaz de sugerir atmósferas, y en el que la voz de Jake Shears se alza como la de un líder con sello autoral, que vuelve su música interesante también fuera de la discoteca.


Si la razón de ser de un grupo pop de baile son los singles bien estructurados, el nuevo disco de Scissor Sisters queda, sin embargo, al debe. No hay aquí algo tan pegajoso como "I don't feel like dancing", si bien "Fire with fire" se aprovecha de un inicio baladístico para explotar en un estribillo de inmediato adherente, y "Skin tight" afirma un crescendo de innegable amistad radial. Ese potencial retroceso en su discografía se compensa con la afirmación de un mundo autocontenido que habla de una banda con identidad ya definida, cercana y atrevida, y que lega en "Invisible light" lo más cercano a un manifiesto: allí, las secuencias de baile unidas a unos viejos coros de Depeche Mode aligeran el saludo a una noche de sexo transgresor, que el recitado del actor Ian McKellen —tal como el de Vincent Price en "Thriller"— vuelve aún más misterioso. Night work es el disco con el que Scissor Sisters prueba que puede ser considerada una banda de largo aliento, si bien busca más la fidelización de sus fans que el reclutamiento de nuevos conversos.

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