Estrellamar

La mejor manera de hacer canciones para niños parece ser acordarse de que los niños son a menudo más despiertos que los adultos y por lo tanto componer con las mismas exigencias propias de escribir música para grandes. Al final ésa es la mejor "música infantil": la que no parece tal. Tal como suena Estrellamar, el primer disco del músico chileno Leonardo Fontecilla, un hombre iniciado en el grupo de fusión Bombyx Mori que ahora incursiona como solista para poner música a los versos del libro Poemas infantiles (1965), del chileno Efraín Barquero.

Los versos elegidos de Efraín Barquero son invitaciones a visitar un paisaje de tepas, ulmos y avellanos, que son árboles silvestres chilenos, o de zorzales, carpinteros y un choroy de traje de oro verde, que son los pájaros que viven en esos árboles. O al mismo tiempo son una antología de palabras sonoras como bajel, doncel, fanal o pleamar, que hacen natural disponer un glosario al final del folleto del CD pero sobre todo son hallazgos de la música que hay en las palabras. No hay lecciones ni enseñanzas para niños aquí como pasa a menudo en estos discos; hay descubrimientos, que es mucho mejor.

Fiel a la procedencia de un grupo dedicado a explorar las posibilidades de los ritmos e instrumentos latinoamericanos con los timbres eléctricos y electrónicos como Bombyx Mori, Leonardo Fontecilla arregla estas canciones con guitarras cristalinas, tiples, acordeones, flautas, trompes y otros sonidos cálidos y naturales. Entre los instrumentos suenan especialmente bien las voces de las tres cantantes convocadas aquí, Josefina Muñoz, Viviana Scacchi y Marcela Quezada. Y la composición es impecable, rica en armonías, pero al mismo tiempo las canciones son amigables y se pueden entonar. Si algo no estaba tan presente en Bombyx Mori, un grupo bien dedicado a la exploración en la composición, era el acercamiento claro a la canción que se escucha aquí, con melodías luminosas listas para cantar y con poesía lista para aprender: el mejor acercamiento entre el disco y el libro.

—David Ponce