SANTIAGO.- La persistencia en los altos niveles de victimización es el principal resultado del último índice de Paz Ciudadana-Adimark, donde en un 40,5% de los hogares encuestados al menos una persona de la familia ha sido víctima de robo o intento de robo.
Esta cifra representa una disminución de 0,3 puntos porcentuales respecto a la medición de octubre pasado donde el mismo indicador resultaba ser un 40,8%.
De esta manera, desde noviembre de 2002 el porcentaje de victimización por hogar ha estado en torno al 35 y al 40%, lo que refleja que la victimización global se estabilizó en comparación con el crecimiento, de un 15% anual, que se observó entre los años 2001 y 2003.
A nivel regional, las diferencias más significativas respecto a la victimización se presentan en la ciudad de Temuco, que disminuye más de 5 puntos porcentuales respecto a la medición del mismo período del año anterior; Viña del Mar y Talca, que muestran las mayores alzas en los niveles de victimización con un incremento de más de 5 puntos porcentuales.
La medición fue realizada en 40 comunas de todo el país con un total de 12.015 personas, todas mayores de 18 años.
Aumenta el robo con violencia
Otro de los resultados importante del índice Paz Ciudadana-Adimark es el cambio en la composición relativa del tipo de delito.
En ese sentido, se aprecia un aumento de los casos de robo con violencia fuera del hogar, pasando de un 10,8% en octubre de 2003 a 11,8% en junio de 2004. Mientras que los robos sin violencia fuera del hogar presentan una leve disminución de 28,6 a 26,9%.
Al respecto, las ciudades que presentan el mayor porcentaje de hogares con personas víctimas de robo con violencia fuera del hogar son: Rancagua (12,7%), Talca (11,4%), Viña del Mar (11,4%), Copiapó (10,3%), Gran Santiago (9,6%) y Concepción (9,3%).
En Santiago las comunas que muestran los más altos niveles de victimización en lo que se refiere al robo con violencia son: San Joaquín, San Bernardo y San Miguel. En tanto que Providencia, Lo Barnechea y Vitacura son los municipios que presentan los más bajos niveles, muy por debajo del promedio del Gran Santiago que es de un 9,6%.
