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Efectos del cambio horario pueden durar tres días

El adelanto de los relojes mañana a la medianoche, provoca trastornos que, para los más susceptibles, significa cambios de ánimo, más sueño o simplemente agotamiento.

08 de Octubre de 2004 | 16:40 | Bernardita Ochagavía M., El Mercurio en Internet
El mundo ajusta sus relojes

Al primero que se le ocurrió alterar el curso horario fue a Benjamín Franklin. Siendo embajador de Estados Unidos en Francia (1876), redactó un ensayo en el cual sugería a los franceses adelantar los relojes una hora en el verano para usar mejor la luz del día y reducir el gasto de velas en varios millones de francos.

Sin embargo, en dicha oportunidad la idea no pasó del papel, hasta que durante la I Guerra Mundial la mayor parte de los países en conflicto la aplicó con el fin de ahorrar recursos energéticos.

A partir de entonces, alrededor de 70 países se han sumado a esta práctica.

En Chile, el Decreto Supremo N° 1.489, del 9 de octubre de 1970, estipula el "horario de verano", a contar de las 24 horas del segundo sábado de octubre y hasta la medianoche del segundo sábado de marzo.

En el hemisferio norte, en tanto, la medida se aplica después del comienzo de la primavera y se extiende hasta octubre.

Pero hay excepciones. Países como el Reino Unido y Portugal, la han desechado y vuelto a aplicar, a partir de un acuerdo global de la Unión Europea. Otros, como Nicaragua y Colombia, la han adoptado en forma temporal frente a crisis energéticas.

Otros, en cambio, emplean el cambio de horario sólo en parte de su territorio. Es el caso de Australia que no lo aplica en la provincia de Queensland. En Estados Unidos, Hawaii y Arizona mantienen su hora local durante todo el año, mientras que Indiana tiene tres horarios diferentes.

Los países ecuatoriales y tropicales tampoco acostumbran llevar a cabo esta práctica, puesto que para ellos la cantidad de horas de luz es similar en todas las estaciones del año.
SANTIAGO.- A las 12 de la noche del sábado 9 de octubre habrá que adelantar en una hora las manecillas del reloj. Todo parece seguir igual, pero no es así. Se necesitarán 72 horas para que nuestro organismo recupere el ritmo, se adapte y le dé la bienvenida al "horario de verano".

Como cada año, desde el domingo 10 de octubre y hasta marzo los días serán más largos, los atardeceres más claros y habrá una hora menos de sueño. "Combo" que a muchos les cambia el ánimo, les aumenta el sueño o simplemente los agota.

"Si bien existe un cambio fisiológico en el ritmo de sueño que afecta al organismo, éste en general es de corta duración. Se ha visto que en 72 horas el sistema reticular -el que controla el ciclo de sueño-vigilia- se compensa", explica el médico internista del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Maximiliano Ventura.

Aun cuando ese simple hecho no afecta a la mayoría de la población con igual intensidad, los especialistas advierten que hay personas más susceptibles que pueden ver alterados sus ciclos los primeros días de transcurrido este evento.

"Los primeros días va a haber una cosa cortita, muy autolimitada y transitoria que puede durar máximo tres días y, probablemente, menos, en que la persona va a sentir que le falta una hora de sueño", afirma la neuróloga Julia Santín, jefa del Centro Médico del Sueño de la Universidad Católica.

Es común que la gente se despierte antes de que suene el despertador o que sienta hambre a la misma hora todos los días. La explicación de esto y de las posibles alteraciones en este esquema fisiológico debemos encontrarla en los llamados "ritmos circadianos", especie de reloj biológico que está influido por las variaciones ambientales y climáticas

De ahí que si se altera el ciclo luz/oscuridad, adelantando en una hora el reloj, no es raro que aparezcan personas más cansadas, menos productivas, con cefaleas, inapetencia, somnolencia, menor atención y concentración, y una mayor sensación de fatiga.

"Si comparamos los dos cambios de hora, éste (el del sábado) afecta más, es más difícil de tolerar porque la tendencia habitual de nosotros es a atrasar el sueño y no adelantarlo. Es muy difícil proponerse dormir antes si no se tiene sueño", afirma la doctora Santín.

Es un hecho que no todos los chilenos se sentirán adormilados ni cansados el domingo por la mañana. Muchos, incluso, llegarán recuperados a trabajar o al colegio el martes próximo, luego de un fin de semana largo.

A juicio del doctor Ventura sólo un 25% de la población es susceptible a tener trastornos mayores con el cambio de horario, lo que corresponde a ancianos y aquellas personas que tienen alteraciones del sueño como estrés, insomnio, ronquidos y narcolepsia (sueño patológico).

Los que tampoco se salvarán de sentir más sueño o andar más decaídos que siempre son las personas que "están crónicamente sujetas a una privación de sueño, que trasnochan diariamente, como por ejemplo las personas que trabajan y estudian a la vez".

Los niños, a juicio de Ventura, son los que menos se afectan con estos cambios. "Tienen una capacidad de adaptación casi instantánea al horario porque tienen un sistema nervioso más flexible, en crecimiento, que les permite una mayor capacidad de adaptación".

Sin embargo, no todo es sueño. El lado positivo del cambio de hora, además del aprovechamiento mejor de la luz y de la menor cantidad de electricidad que se hará sentir en la cuenta del mes siguiente, es que tener más sueño permitirá dormir mejor y más profundo la noche del domingo, "puesto que hay una mayor cantidad de etapas de sueño profundo y por ende más reparadoras", advierte la doctora Santín.

Una siesta ¿innecesaria?

Una hora menos de sueño, una hora menos de "carrete" pareciera ser la compensación justa para no sufrir de somnolencia al día siguiente. Sin embargo, hay quienes literalmente "no funcionan" sin tomar un descanso después de almuerzo.

La codiciada "siesta" es, a juicio de los especialistas, una práctica no recomendable para aquellos que sufrirán trastornos en el sueño los días posteriores al cambio de hora.

"En el caso de los ancianos que duermen siesta son más susceptibles de tener problemas, porque ellos, al acortarse el ciclo, se les junta mucho uno con otro. Entonces no alcanzan a conciliar el sueño oportunamente los primeros días", advierte el médico Maximiliano Ventura.

Algunas recomendaciones para sortear sin sueño este nuevo cambio horario:

  • Evitar las siestas.
  • Acostarse al horario habitual, para mantener la regularidad del sueño.
  • Para las personas con insomnio, no ver televisión ni leer en la noche.
  • Tratar de evitar los estimulantes en la noche.
  • No obligar a quedarse dormido antes de lo acostumbrado.
  • Aquellas personas que normalmente padecen de somnolencia, tener especial cuidado al conducir para así evitar accidentes.
  • Tener calma en que el proceso de adaptación durará no más de tres días.


    Foto: José Alvujar.