BRASILIA.- Brasil y Chile, dos de los países latinoamericanos con tropas de paz en la convulsionada Haití, aumentarán su presión sobre el gobierno de ese país para que convoque a un diálogo político que incluya a partidarios del depuesto ex presidente Jean Bertrand Aristide.
La de Haití "es la primera acción de América Latina y el Caribe de ayuda solidaria a un país de nuestra región y por lo tanto no puede fracasar", dijo hoy el canciller chileno, Ignacio Walker en Brasilia, donde mantuvo reuniones con el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su colega brasileño Celso Amorim.
"Vamos a abogar para que el gobierno de Haití siente en la mesa a las distintas fuerzas políticas y procure algún tipo de acuerdo político interno", dijo Walker.
"Sin un acuerdo político interno va a ser impensable una solución de mediano, largo plazo", en el país más pobre del hemisferio, agregó.
Walker trató con Lula y Amorim, con los que se reunió en la tarde del martes, la participación de ambos países dentro en la fuerza militar que busca pacificar Haití, entre otros asuntos.
Soldados argentinos y uruguayos también participan de la fuerza de paz de la ONU en la isla caribeña, integrada por más de 3.000 militares, que está comandada por Brasil.
El gobierno brasileño decidió enviar a Haití al asesor de política externa del presidente Lula, Marco Aurelio García, quien posiblemente llegue a Puerto Príncipe la próxima semana, dijo un funcionario brasileño. La tarea de García sería reforzar el llamado al diálogo en Haití.
Walker, quien concluyó su visita a Brasilia el miércoles con una reunión con el vicepresidente José Alencar, indicó en tanto que "hay que juntar en algún momento, de alguna manera que el gobierno haitiano tendrá que ver, a los ciudadanos pro o anti Aristide. Hay que dejar de lado las polarizaciones del pasado".
El jefe de la diplomacia chilena indicó también que en los próximos días llegaran a Puerto Príncipe 165 ingenieros -chilenos y ecuatorianos- para ayudar a reparar la destrozada infraestructura haitiana.
En las últimas semanas ha recrudecido la violencia en Haití y reportes de prensa han señalado que rebeldes llegaron a intercambiar disparos con las fuerzas militares brasileñas.
Aristide, un ex sacerdote católico que partió al exilio en febrero en medio de una revuelta armada, tiene muchos partidarios entre los más pobres de Haití.
En una reciente declaración entregada en Sudáfrica, Aristide rechazó acusaciones del primer ministro interino haitiano, Gerard Latourtue, de que está fomentando la violencia desde el exterior y dijo que "un diálogo verdadero es la única solución" para Haití, que vive una secular inestabilidad política y social.
