Ramón Castillo Gaete, alias ''Antares de la luz'', aseguraba a sus segudores que era Dios.
La Segunda.SANTIAGO.- "Puras", "impuras" y "oscuras". Esa era la categorización que la secta liderada por el fallecido Ramón Castillo Gaete hacía de las personas, según los últimos antecedentes de la investigación.
Dicha condición estaba dada por la cercanía que el hombre o la mujer tenía con la agrupación y su aceptación de que Castillo, alias "Antares de la luz", era dios.
De acuerdo a la información entregada a Emol, en la categoría de "puro", sólo se encontraba Castillo, pues "él era la luz".
En el nivel de los "impuras" estaban todas las personas que componían la secta que incineró a un bebé en un fundo de Colliguay y que "caminaban hacia la luz".
De acuerdo a sus declaraciones, Castillo les aseguró que estaban dotados de poderes. Por ejemplo Pablo Undurraga –el segundo líder del grupo- tenía el poder de la sanación y era mencionado por Castillo como "el erudito", ya que era el más cercano a él.
Mientras que María del Pilar Álvarez tenía la capacidad de la transmutación, por lo que ella tenía las herramientas para "sacar los males del cuerpo".
Por último, estaban los seres "oscuros", aquellos que simplemente no creían en "Antares".
Fuentes del caso señalaron que toda la literatura que leía Ramón Castillo era del antropólogo y escritor, Carlos Castaneda, cuyos libros fueron acogidos como obras de culto en las "búsquedas trascendentales" de los jóvenes de los años 60 y 70.
Entre sus escritos destacan "Las enseñanzas de Don Juan", "Una realidad aparte" y "La Rueda del Tiempo", en los que se habla, por ejemplo, sobre "alcanzar diferentes estados de conciencia".
Segundo fin del mundo
De acuerdo a los datos de la investigación, tras el sacrificio del hijo nacido entre Castillo y Natalia Guerra, en Colliguay, el grupo se preparó para consumir ayahuasca y esperar el fin del mundo, que sería el 21 de diciembre pasado. Como eso no ocurrió y algunos de los seguidores desencantados se alejaron del grupo, Castillo les dijo que "se le había revelado una nueva fecha del cataclismo".
El desastre mundial ocurriría el 21 de marzo de este año, por lo que el grupo debía estar en Ecuador para esa fecha pues ahí él se iluminaría.
Sin embargo, al enterarse que estaba siendo investigado por la PDI, Castillo partió al Cusco en febrero, donde la semana pasada se quitó la vida.