En el parto vaginal la mujer, tradicionalmente, recurre a anestesia local y/o epidural (en la espina) para disminuir los dolores; para reducir los riesgos de su utilización, éstas deben ser administradas por un especialista. En la actualidad, algunas madres optan por no utilizar calmantes, pero esto requiere de un alto manejo del dolor por parte de la mujer.
La postura que asume la madre es comúnmente de espalda o semi sentada sobre la camilla. Esto se explica porque hace algunas décadas se colocaba demasiada anestesia lo que dejaba a la mujer insensibilizada de la cintura para abajo y sin posibilidades de sostener su cuerpo. Hoy las dosis de anestesia son bastante menores y por ello se recomienda que la madre camine durante el trabajo de parto, lo que aumenta la eficiencia en la expulsión del niño, disminuye el trauma perineal y se asocia a menos dolor. En los momentos finales, si lo desea, la mujer asume la postura en cuclillas tal como lo hicieron las culturas primitivas.
En algunos países se está dando la práctica de alumbrar en el hogar, pero Enrique Oyarzún advierte de los riesgos que se corren ante una complicación sorpresiva. También, en algunas naciones, se usan los partos en el agua, pero éstos presentan más riesgos de asfixia del feto.
En Chile se mantiene como práctica el parto hospitalario, pero se han introducido nuevos elementos para favorecer el apego temprano del niño. Es así como se han ampliado las salas de preparto para permitir la presencia de mayor número de familiares y se incentiva la creación de ambientes amigables y cálidos.
Al respecto, Oyarzún aclara que la hipnosis y la acupuntura pueden ser recomendadas para el manejo del dolor, pero hasta el momento no existe evidencia científica que señale que la aromaterapia y la música tengan algún efecto analgésico. Sí, son importantes para transmitir tranquilidad a la madre.
Otras variaciones que se han introducido apuntan a no rasurar la pelvis de la mujer, ni colocar enemas para provocar el vaciamiento intestinal. Tampoco se está haciendo la episiotomía (corte del músculo perinial) que antiguamente se usaba para prevenir que las mujeres sufrieran desgarros. Hoy la OMS no lo recomienda y se considera mejor un pequeño desgarro que requerirá pocos puntos.
