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El parto | Células madres

 

 

Enrique Oyarzún destaca lo trascendental que es la presencia del padre en el parto. “Es cada vez más frecuente y es capital porque éste se involucra en todo el proceso y con ello genera un compromiso mayor y favorece el apego. También ayuda a la mujer”, dice.

Parto por cesárea

Aunque en Chile se utilizan mucho, la cesárea debiera ser realizada en casos excepcionales como cuando no es posible el parto vaginal ya sea porque no se produjo una dilatación suficiente del cuello o ésta se detuvo.

 

También es recomendable cuando se detiene el descenso del feto (desproporción céfalo pelviana) o cuando se detecta que hay sufrimiento fetal por una baja en los latidos cardiacos de éste. Algunas veces esto se explica por la acción del cordón umbilical enrollado en su cuello, pero no todas estas situaciones requieren de cesárea. De hecho, 1 de cada 5 niños viene con el cordón enrollado y la mayoría nace por parto vaginal.

Otra indicación para cesárea es haber tenido cesáreas anteriores o cuando el feto no está en presentación cefálica (de cabeza), es decir, está atravesado o con sus nalgas y piernas en la parte inferior del útero. Esto se denomina distocia de presentación y ocurre en 2 a 3% de los embarazos.

 

Asimismo, se practica cesárea cuando se trata de embarazos múltiples (alto riesgo fetal), generalmente en una fecha muy anterior a la de término.

 

OyarzúnOyarzún afirma que no hay evidencia que indique que la cesárea mejore las tasas de sobrevivencia de la madre o el niño y que al contrario, éstas han producido un aumento de las complicaciones materno y perinatales. “Es riesgosa porque se trata de una cirugía abdominal; aunque hay avances, el riesgo sigue siendo 2 o 3 veces mayor que el parto vaginal porque implica mayor exposición a infecciones y hemorragias”, dice.


Cuando se presenta alguna patología materna o fetal y se considera que favorecer el término del embarazo mejora el pronóstico de ambos, los médicos pueden inducir el parto mediante la aplicación de medicamentos que promueven las contracciones. Esto se hace, generalmente, cuando la madre sufre de hipertensión severa o hay un retardo del crecimiento intrauterino.

 

La inducción electiva del parto sin razones médicas que lo justifiquen no se recomienda, porque muchas de ellas no se hacen en el momento adecuado e impiden que el feto evolucione a término (se interviene en el ciclo natural del parto). Además, se corre el riesgo de terminar en una cesárea innecesaria si no se produce la dilatación. Enrique Oyarzún afirma que inducir un parto sin que se justifique aumenta la necesidad de hospitalización, por problemas respiratorios, del niño.



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