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Histerectomía

La histerectomía, o sea, la extirpación del útero es la segunda cirugía ginecológica más frecuente que se le practica a las mujeres después de la cesárea.

 

El procedimiento en sí puede comprender la extirpación subtotal o total del útero y/o alcanzar sus anexos, es decir, las trompas de Fallopio y los ovarios. La histerectomía subtotal consiste en sacar sólo la cavidad uterina, mientras que la total incluye el cuello del útero. Cuando se suman los demás órganos del aparato reproductivo se habla de histerectomía radical.

 

GuillofEl doctor Enrique Guillof explica que gracias a los avances registrados en el último tiempo y la posibilidad de usar terapias alternativas, hoy la histerectomía es cada vez menos agresiva y, por lo general, se trata de ser conservadores en su aplicación de manera de preservar la mayor cantidad de órganos, más cuando se trata de una mujer en etapa fértil.

 

Las causas más comunes que derivan en una cirugía de este tipo son la presencia de miomas (ver capítulo Patologías Anatómicas del Útero), las metrorragias (sangramiento intermenstrual), el dolor pelviano, las endometriosis y adenomiosis (ver capítulo Dolor Pelviano), las neoplasias intraepiteliales (ver capítulo Cáncer Cérvico Uterino) y el prolapso genital.

 

Existen diversas variables a considerar cuando se adopta la decisión de proceder con una histerectomía, entre ellas, la edad de la mujer que determina su edad fértil; la etiología o causa y el diagnóstico (pronóstico).

 

Los cambios que ha experimentado la sociedad han hecho que todas las variables anteriores tengan mayor importancia porque las mujeres tienen hoy una vida procreativa más tardía y resulta que algunas de las patologías que requieren de esta intervención quirúrgica, como los miomas, se presentan en mujeres mayores que no han tenido hijos. Guillof recuerda el viejo refrán “úteros que no hacen hijos, hacen miomas”.

 

Al practicarse una histerectomía subtotal o total, los demás órganos no pierden su función. De hecho, las trompas se mantienen en su posición gracias a los ligamentos que lo sostienen. Pasa lo mismo con los ovarios, los cuales se busca preservar en mujeres en etapa fértil.

 

 


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