El mundo no volverá a ver nuevamente a John Lennon como el sonriente muchacho, excedido de peso, vestido corbata y traje de corte inglés y con la cabellera crecida. El John Lennon que regresa de España tras rodar la película How I won the war está notoriamente delgado, con el cabello recortado, el bigote crecido y los lentes de concha que acompañarán su logotipo para siempre. Poco antes la canción “Rain” (1966) ya había abierto la sensibilidad de John hacia los mantras musicales y antes de eso incluso una experiencia más iba a ser del todo determinante.
El LSD, la dietilamida de ácido lisérgico, una droga experimental está de moda en los círculos juveniles de Estados Unidos e Inglaterra. Lennon la había probado sin querer ni saber junto a George Harrison y sus mujeres Cynthia Powell y Patti Boyd durante una invitación a cenar en casa de un excéntrico médico en Londres. Los terrones de azúcar fueron la puerta de entrada a una percepción mayor, multicolor e irreal: “Nada es real” advierte la canción “Strawberry fields forever”, pieza sustantiva de la psicodelia Beatle.
La música nueva estará en perfecta consonancia con el trabajo en el estudio de grabación, la utilización de nuevos instrumentos y nuevos trucos análogos de montaje. Después de 1966 los Beatles renuncian al régimen de giras mundiales y se recluyen en Abbey Road junto a George Martin. En los próximos dieciocho meses despachan algunas de sus más grandes canciones, con Lennon vestido con ropas adquiridas en Carnaby Street y dejando allí su firma de brillante autor. Del disco Revolver (1966) provienen “I’m only sleeping” y la desbordante “Tomorrow never knows”. Luego se enlista el single “Strawberry fields forever” y el álbum Sgt Pepper’s lonely hearts club band (1967), la obra maestra de psicodelia sugerida y explícita. Incluye la caleidoscópica “Lucy in the sky with diamonds”, la agresiva “Good morning, good morning” y la fundamental “A day in the life”, escogida por la revista Rolling Stone como la más importante canción de los Beatles de todos los tiempos.
Dos discos más completarán esta lisérgica serie. En rigor se trata de dos películas: Magical mystery tour (1967) y Yellow submarine (1968). La primera expone más relatos surreales de John, a través de los collages de “I am the walrus” y del himno con cuerdas sinfónicas “All you need is love”. Y la segunda es un claro experimento audiovisual de LSD que convierte a los Beatles en animaciones tecnicolores en un mundo fantástico. De allí hay un sólo paso hasta la India y las jornadas de meditación trascendental que dictaría el Maharishi Mahesh Yogui en Rishikesh en 1968. Pero el regreso a Londres de unos Beatles decepcionados marca el fin de la época. Primero fue Paul, luego Ringo. Al final George y John. Cuando el Maharishi preguntó a Lennon sobre la razón de su partida, él le contestó: “Tú eres el cósmico, deberías saberlo”.
Si con el disco Revolver (1966), el sonido de los Beatles se expande, con “Tomorrow never knows” el sonido de todo ese álbum se redirecciona. Mántrica y apabullante, está basado en textos del “Libro Tibetano de los Muertos”. Lennon quiso que cantaran allí cien monjes tibetanos y ante la imposibilidad de producir una convocatoria así, George Martin utilizó el amplificador Leslie Speaker para lograr un efecto de sonido etéreo y único.
Marca el regreso a las raíces provincianas de Liverpool con una poesía críptica. Está inspirada en la casa del Ejército de Salvación en Beaconsfield Road de Woolton, cerca de donde Lennon vivió de niño. Musicalmente resume todo el espíritu Beatle, con banda de rock, orquesta sinfónica, música de la india y experimentaciones sónicas.
Se abre con un relato sobre el accidente fatal del joven aristócrata y alocado personaje del Swingin' London Tara Browne: “Leí las noticias hoy (...) Se voló los sesos en un automóvil / no se dio cuenta de que el semáforo había cambiado”. La canción de basa en éste y otros artículos periodísticos en los que Lennon se inspiraba.
“Yo fui la morsa, pero ahora soy John”, escribe Lennon en su canción de 1970 “God”. En 1967 John era la morsa, uno de los personajes de la descabellada película Magical mystery tour, donde los otros Beatles también representaban animales en un lisérgico viaje en autobús: Paul era el hipopótamo, George el conejo y Ringo el pájaro. Según Lennon “dentro de cien años podría seguir interesándote”.