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Rodrigo
Pérez monta el "Ser o no ser" de Ofelia Sobre las ideas de "violencia" y "espacio menta" reposa el montaje de Rodrigo Pérez para "Ofelia o la Madre Muerta". Una versión del "Hamlet" shakespereano observada desde la trastienda. Ahora es Ofelia la que persigue un fantasma: el de su madre. Es ella el centro y no Hamlet con su propio muerto del montaje de Rodrigo Pérez sobre un texto de Marco Antonio de la Parra. "Ofelia o la Madre Muerta'' es el título del primer estreno de este año del Teatro Nacional, previsto para el 17 de mayo. El punto de partida de un proyecto que involucra tres obras y tres directores chilenos. Según Rodrigo Pérez, el montaje pone énfasis en la muerte de Ofelia y en el mundo que ella construye en su mente en el instante antes de morir. El elenco lo integran Tichi Lobos (Ofelia), Gaby Hernández (Gertrudis), Claudio Rodríguez (Hamlet), Roberto Navarrete (Polonio), Marcelo Romo (Claudio) y Norma-Norma Ortiz (La Madre Muerta). La música es de Miguel Miranda; la escenografía, de Herbert Jonkers; la iluminación, de Guillermo Ganga, y el vestuario, de Sergio Zapata. ENTRE LA VERSION Y LA VIOLENCIA ¿Qué variaciones hay en su montaje respecto de la obra de Marco Antonio de la Parra? "En el original hay un subrayado, que es el tema clínico. Hay siquiatras, enfermeras, estudiantes de medicina, enfermos... En este caso, la referencia clínica desapareció. Aquí el espacio es virtual y los personajes son lo que yo supuse, porque no se trata de alcances de nombres...''. El eje de su propuesta es, entonces, la idea de la versión. "Parto de la base de que Marco Antonio de la Parra quiere hacer una versión del `Hamlet' de Shakespeare. Una que se hace múltiples versiones en mi puesta en escena''. "Este es un intento por explicar una muerte y en este intento se producen muchas versiones, todas creadas por la mente de Ofelia. La obra parte con un monólogo que se interrumpe y que continúa al final. Lo que sucede entre esos dos monólogos es el trabajo que ella hace por recuperar su historia''. ¿Logra hacerlo? "Es que su memoria también es engañosa. Ofelia trata y los personajes actúan de acuerdo a las necesidades de reconstrucción que ella tiene''. Entonces la idea es poner en escena el espacio mental de Ofelia. "Sí. De hecho, el espacio escénico y la escenografía, que pertenecen a Herbert Jonkers, metaforizan el espacio interno de Ofelia, que se rige por las leyes del sueño y del inconsciente. ¿Cómo son esas leyes? Más bien es que no hay leyes: no hay causalidad, los sucesos antagónicos pueden coexistir en un mismo tiempo y espacio...''. "En el montaje hay dos polos y una zona intermedia. Los polos son la idea de hacer una versión y la violencia, y entre ellos está el espacio mental de Ofelia''. ¿El texto propone también la idea de la violencia? "Sí. Y en esta versión eso está exacerbado''. UN CUERPO NO OFICIAL ¿Cómo fue esto de convertir a Ofelia en el centro del asunto? "Hay un elemento neobarroco que es eje o pilar de la postmodernidad y que dice relación con el cambio de perspectiva. Eso permite un acercamiento no frontal sino diagonal. Como director, entro por esa diagonal y allí empieza a aparecer el gesto dimensionado de otro modo. Es como observar la trastienda de la historia frontal propuesta por Shakespeare''. ¿Y cómo resulta Ofelia en esta mirada diagonal? "Está planteada como una anoréxica. Ella tiene problemas con la comida. Eso es metáfora de algo más profundo porque la comida la convierte al mundo de los adultos. Un asunto que tiene vínculos con una de las grandes interpretaciones del `Hamlet', visto como lucha entre generaciones''. "Ella es un personaje joven, contestatario, que no tiene subtexto. Está puesta y sobreexpuesta. Ofelia se encarna como un cuerpo sobreexpuesto; eso es violento de ser visto''. ¿Y se vuelve loca? "¿Qué es la locura? Ofelia está funcionando en el límite entre la vida y la muerte. Se rige por leyes particulares; no es oficial. Por eso ella es subversiva; su cuerpo no es el oficial. Su cuerpo es la metáfora del dolor y de la violencia ejercida sobre ella. Aquí no es la que recoge flores; ni llora callada sino a gritos. Es Ofelia la que dice el Ser o no ser ''. Finalmente, ¿logra recomponer su historia? "Se queda con varias versiones y la actriz, Tichi Lobos, se queda con la que más le acomoda... pero eso hay que preguntárselo a ella''. "La obra entera ocurre en esa fracción de segundo, justo antes de que se caiga la cabeza hacia un lado. Y ahí está el tema de la muerte, que es una obsesión. Me gustaría saber qué ocurre ahí... He visto morir y no se cayó la cabeza para el lado''. ¿Cómo es la muerte de esta Ofelia? "Tiene algo de anti natura, por la manera y por la edad. Aquí se asesina la juventud''. ¿Y qué es la madre muerta? "Así como en Shakespeare Hamlet tiene su propio fantasma, aquí es Ofelia la que lo tiene y es el de su madre. Una madre que, aparentemente, murió en condiciones muy similares a las de ella''.
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